No hay mayor premio para alguien que acaba de terminar su carrera universitaria que un puesto de trabajo. Eso es, precisamente, lo que hace la empresa de ingeniería andaluza Ayesa, que lleva ya cinco años reconociendo con un empleo a universitarios con expedientes académicos brillantes que, además, reúnen capacidades como saber trabajar en equipo o tomar decisiones en un contexto tan dinámico como el actual. En la quinta edición del premio a la Excelencia Académica, organizado por la propia Ayesa y Grupo Joly, los premiados, y beneficiarios de un empleo, han sido Abraham Requena Mesa, de Ingeniería Informática, especialidad Tecnologías Informáticas (Universidad de Sevilla); Cristina Martínez Gómez, de Ingeniería de la Salud, especialidad Ingeniería Biomédica (Universidad de Sevilla); Juan Carlos Riarán Moreno, de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, especialidad Transportes (Universidad Politécnica de Madrid); y Aránzazu Gurrea-Nozaleda Merayo, de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, especialidad Hidráulica y Energía (Universidad Politécnica de Madrid).

En el acto de entrega de este reconocimiento, la presidenta de la Fundación Ayesa, Ana Manzanares, valoró, sobre todo, que el esfuerzo sea premiado con un puesto de trabajo y mostró su orgullo por "ayudar a jóvenes a incorporarse al mercado laboral en unos momentos tan complicados", para que a su vez éstos también contribuyan a la mejora de la sociedad. En el caso de Ayesa, afirmó Manzanares, la colaboración con la Universidad para incorporar a los mejores expedientes les lleva a "tener cada año la mejor cantera de ingenieros", que, además, se incorporan a una empresa "que no pierde sus raíces sevillanas y anzaluzas". El talento universitario se queda en casa, pues, gracias a iniciativas como esta.

En esta idea incidió Antonio Clavero, director de la Agencia Idea de la Junta de Andalucía, quien valoró como "fundamental" la presencia en Andalucía de los jóvenes premiados. Y recordó que el capital humano andaluz es uno de los aspectos mejor valorados por las empresas de fuera que se establecen aquí, según se refleja en la encuesta del clima empresarial que elabora la Junta.

El responsable público alabó la filosofía del premio, ya que "no sólo valora las calificaciones, que no son más que un indicador numérico, sino que tiene en cuenta las aptitudes, el empeño. Ese valor añadido también se premia y eso es lo que nos hace diferentes para poder tener oportunidades". Clavero se permitió aconsejar a estos jóvenes que no se desanimen ante el fracaso ni se dejen llevar por el éxito, porque ambos "son impostores de la misma madeja", afirmó, citando el poema If de Kipling.

José Luis Sevillano, como director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la Universidad de Sevilla, recordó a los premiados que son "deudores de la sociedad" por haber salido de la Universidad pública, y a las empresas que tienen el reto de retener el talento de aquí, en el que tanto se ha invertido. Sevillano, que reivindicó el valor de la Universidad y de la Escuela de Ingeniería Informática, destacó también el hecho de que una de las egresadas premiadas proceda de la primera promoción del grado Ingeniería de la Salud, una apuesta del Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech, en el que colaboran la Universidad de Málaga y la de Sevilla.

Por último, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, valoró este premio como un "ejemplo para otros", y elogió el reconocimiento de la ingeniería que supone y la oportunidad para los elegidos de demostrar su valía.