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Iñaki Anasagasti. Senador del PNV

"El PNV no plantea ahora la independencia con un Estado propio"

  • El senador del PNV admite que es "un poco esquizofrénico" ser oposición a los socialistas en el País Vasco y votarlos en Madrid.

EL Senado siempre está en obras. Iñaki Anasagasti nos recibe y ayuda a buscar lugares para las fotos. Por ejemplo, la biblioteca "que parece la de Harry Potter". Pero no hemos venido a buscar escenarios de cine, sino a hablar con el parlamentario más carismático del PNV sobre la realidad política vasca y española, que él ha vivido desde los años de la Transición. 

  

-¿Cómo lleva el PNV estar en la oposición vasca,  tras gobernar desde la Transición?

-Pues no lo llevamos bien, sobre todo porque en la campaña electoral Patxi López decía que no pactaría con el PP y en la misma noche electoral dijo que sí pactaba con ellos. Cuando vienes a Madrid y ves que el PP y el PSOE se llevan como el perro y el gato en todas partes, menos en Euskadi, pues ves que eso es una anomalía.

-¿Qué le parece el Gobierno Vasco de Patxi López?

-El Gobierno de Patxi López está sostenido por el PP y eso le deja poco margen de maniobra. Es cierto que nuestro anterior Gobierno hizo una apuesta por internacionalizar la economía vasca, y que el paro es la mitad que en el Estado español, porque había menos construcción y más industria. Eso se mantiene. Pero le vemos poco tono. El Parlamento vasco ha aprobado una sola ley en esta legislatura.

-¿Fue un error del PNV mantener a Ibarretxe como candidato?

-No, con Ibarretxe el PNV logró su mejor resultado. Tuvimos 30 parlamentarios, con 25 del PSE y 13 del PP. Fue un resultado magnífico.

-Pero su imagen parecía deteriorada…

-Lo que se le podría criticar es que quizá habló más de temas ideológicos y políticos que de gestión. Y si el PNV podía caracterizarse por algo es por la buena gestión que realizó. Pero después Ibarretxe cambió el discurso en la campaña y el resultado fue extraordinario.

-¿El País Vasco está ahora en la encrucijada por la paz?

-Está en la agonía de una ETA que lleva ya 50 años, que no ha tomado la decisión de parar, y que quiere que HB se presente a las elecciones con una especie de tutela por detrás. Lo viejo no ha muerto y lo nuevo no ha nacido. El mundo de HB se tiene que tomar en serio que ETA es incompatible con la democracia. No pueden tener los mismos planteamientos que hace 50 años, cuando Franco vivía. La encrucijada la tienen sólo ETA y Herri Batasuna.

-¿Le decepcionó el comunicado del alto el fuego de ETA?.

-Es más de lo mismo. Nada nuevo.

-¿Qué debería hacer ETA?

-Debe desaparecer. Lo que ocurre es que ellos tienen el dilema de explicar lo que hicieron en 50 años. Haciendo un resumen grosero, ha significado 835 tumbas, han llenado los cementerios; y, por su parte, han llenado las cárceles, con más de 700 presos, cuando en 1977 las cárceles quedaron vacías con la Ley de Amnistía. Eso lo tienen que revestir con una cierta épica y no encuentran ese discurso.

-¿Convendría legalizar las listas electorales de Batasuna?

-Nosotros pensamos que ese mundo es mejor que esté dentro escupiendo hacia fuera que fuera escupiendo hacia dentro. Lo primero es que desparezca ETA, pero otra cosa es que ellos aprendan a hacer política en democracia. Es decir, que respeten las mayorías, que si pierden una votación no persigan al alcalde hasta su casa… Les falta todavía civilizarse.

-El PNV parece que se ha distanciado de EA, que ahora ha pactado otros grupos abertzales. ¿Se han moderado ustedes?

-Simplificando, Eusko Alkartasuna nace en 1986 por una pelea entre Arzalluz y Garaikoetxea. Al principio, el PNV y EA eran como la Coca Cola y la Pepsi Cola. Lo que ocurre es que hoy EA ya no es afín al PNV. Es como una franquicia vaciada de contenido y es una HB sin pistolas.

-¿Y eso significa que el PNV se ha moderado?

-Siempre hemos tenido la misma actitud. El PNV organizó la primera manifestación contra ETA, en 1978. Y en la política actual, hacemos lo que nos permiten en Madrid y lo que podemos hacer en Euskadi como oposición.

-Pero han apoyado a Zapatero para aprobar los Presupuestos del Estado de este año.

-Sí, eso ha sido un poco esquizofrénico, como un doble discurso.

-¿Y por qué lo han apoyado?

-Es una contradicción, porque mantenemos a Zapatero... Pero tiene explicación. Hay algo que se hizo mal en la Transición, que fue desarrollar los estatutos según las coyunturas, cuando necesitaban votos. En el caso del Estatuto de Guernica, toda la parte social estaba sin cumplir, sobre todo por presiones de UGT y CCOO. Cuando hemos visto a Zapatero con el agua al cuello, o en la barbilla, y que nos necesitaba, hemos logrado transferencias, entre ellas las de políticas activas de empleo, que no se consiguieron en 32 años. Es como aprovechar el huequito para meter el gol.

-¿Pactarían también con el PP?

-Con Aznar hubo una buena relación cuando no tenía mayoría absoluta, fue una buena experiencia y llegamos a pactos con el PP y desarrollamos el Estatuto. Pero después, con la mayoría absoluta, Aznar se portó muy mal. Tenemos un cierto temor a las mayorías absolutas. Nos espantan. A los partidos nacionalistas nos interesa que el poder en Madrid no sea unitario y que necesite de los nacionalismos. Pero parece que hoy por hoy, el PP podría ganar con mayoría absoluta, según las encuestas.

-Y si no la consiguen y necesitan sus votos, ¿ llegarían a acuerdos?

-En política nunca digas nunca jamás. Pero los vientos no parece que estén para eso. El PP está muy duro, no tiene simpatías hacia los nacionalismos.

-¿El objetivo del PNV es conseguir la independencia vasca?

-En estos momentos no estamos reivindicando la independencia. Hay que tener en cuenta que se está construyendo Europa y está desapareciendo la estatalidad. Debe haber una gran Europa. Nosotros apoyamos eso y creemos que podemos tener nuestro espacio en ese horizonte, pero no reivindicamos la creación de un Estado propio.

-La idea de Ibarretxe no parecía esa. Planteó  el derecho de autodeterminación, el soberanismo…

-Ibarretxe plantea eso cuando tenía el Estatuto de autonomía de Guernica bloqueado. El derecho a decidir se vinculaba con la postura que tuvimos en la Constitución, con el pacto que hacíamos con la Corona, que estaba superado. El PNV cuando nace en 1895 es independentista, pero han pasado 115 años. El discurso de ahora es europeo. En todo caso, no se nos puede confundir con HB, que aparte del independentismo tiene una ideología marxista leninista de la que no se habla nunca.

-Ahora se habla de reformar el Estado de las Autonomías…

-Habría que repensarlo. Hay muchas duplicidades. Hay autonomías que no necesitan para nada una televisión autonómica y hay algunas que no pueden hacer frente a sus obligaciones.

-¿Es partidario del fin del café para todos y que las nacionalidades históricas estén por encima?

-No hay que tener miedo al hecho diferencial de Euskadi, Cataluña y Galicia, que son los partidos nacionalistas. ¿Por qué? Pues porque tienen lengua propia, que en nuestro caso y en el catalán también afecta a una parte pequeña del territorio francés. Son singularidades… Pero en Madrid ponen el grito en el cielo. Hay también un nacionalismo español, que es muy agresivo.

-¿Qué le parece Andalucía?

-Andalucía es una gran comunidad, con personalidad y una historia por detrás. Yo conozco casi toda Andalucía, he veraneado, tengo un hermano casado con una gaditana que se quedó en Cádiz, en fin… Andalucía merece ser la California de Europa, como se dijo. Para eso necesita apuestas muy valientes, abordar los males endémicos de su economía, romper con la imagen de que sólo hay folclore…

-¿La ve también como una nacionalidad histórica?

-En una conversación con Arzalluz, Felipe González le dijo que él no veía a Andalucía como nacionalidad histórica, pese a la figura de Infante. Según Felipe, allí las provincias mantenían rivalidad entre ellas y la autonomía podía funcionar como una especie de mancomunidad de diputaciones. Yo no tengo elementos de juicio. Después se abrió una espita, se organizó el referéndum, Felipe era de Sevilla... Hombre, Andalucía tiene mucha personalidad y hasta da su imagen a España.

-En fin, que no se pronuncia…

-Yo vería a Andalucía en un estado confederal. No soy partidario de un Estado federal, sino confederal. El Estado federal es como una naranja que tiene todos los gajos iguales, y el Estado confederal es como un racimo de uvas, que pueden ser diferentes entre ellas.

-Es uno de los políticos con más trayectoria en el PNV. ¿No le hubiera gustado ser lehendakari?

-Para ser lehendakari debería conocer mejor el euskera. Aunque se puede ser como Patxi López, que no tiene ni idea. Siempre he estado en una actividad legislativa y la verdad es que me hubiera gustado hacer más cosas de las que he hecho. Pero no estoy en liza, ni quiero que piensen que me promociono.

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