Integral de los conciertos para piano y orquesta de Beethoven. Solista: Javier Perianes, piano. Director: Juan Luis Pérez. Programa: Conciertos para piano y orquesta nos. 1 y 5 de Ludwig van Beethoven. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Viernes 12 de julio. Aforo: Tres cuartos de entrada.

A título personal, pero sintiendo representar al aficionado, Juan Luis Pérez expresó en escena justo antes del concierto su preocupación por la situación por la que pasa la ROSS, mostrándole su "admiración, consideración y cariño", lo que provocó un prolongado aplauso del público y la emoción de algunos solistas de la orquesta. Una emoción extendida al final de un concierto coronado por una larga ovación para los participantes en una integral que bien puede considerarse el punto álgido de toda la temporada del conjunto sevillano.

Javier Perianes y Juan Luis Pérez enfrentaron en el segundo día de su integral el alfa y el omega de los cinco conciertos pianísticos beethovenianos (aunque el concierto nº1 fue en realidad el segundo de la serie en ser compuesto), lo que permitió apreciar la evolución del estilo del compositor y la respuesta que mereció de los intérpretes.

La ligereza del fraseo en el arranque del Concierto nº1 contrastó así notablemente con los acentos vigorosos con que la orquesta saludó el inicio del Emperador, una obra nacida ya en el período heroico del compositor, que Pérez atendió incrementando para toda la sesión el contingente de cuerda (un violonchelo y un contrabajo más), lo que se notó especialmente en la intensidad de los graves de ese primer movimiento del nº5.

Interpretaciones apoyadas en la claridad de los planos y en una teatralidad que huyó de lo hiperexpresivo tanto como de la blandura, manteniendo siempre una correcta tensión y aportando las dosis de intensidad que cada pasaje requiere. Igual que el primer día, Perianes se ajustó bien al planteamiento, haciendo especialmente suyos los movimientos lentos, llenos de detalles de fraseo, dinámicas y agógica, y acentuando con vigor en el arranque del final del Emperador con fortissimi en los que no temió perder refinamiento ni compostura.