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XIII Festival Música Española. ROSS. Director: John Axelrod. Programa: 'España' de E. Chabrier; 'Escales' de J. Ibert; 'Alborada del gracioso', 'Rapsodia española' y 'Bolero' de M. Ravel. Lugar: Gran Teatro Falla. Fecha: Domingo, 22. Aforo: Casi lleno.

Trajo la ROSS al Festival de Cádiz el programa francés de inspiración española que hizo antes en Sevilla y dejó un reguero de olor a fiesta y a claveles, a jazmines, a feria y a bolero capaz de contagiar a un público que despidió al conjunto con una sonora y larguísima ovación, que sólo calló cuando Axelrod dijo su ya habitual "muchas gracias" mientras hacía un gesto de despedida con la mano. Con su peculiar estilo, a la vez desenfadado y preciso, el director americano jugó casi toda la noche con la flexibilidad del fraseo y el control de las dinámicas, desde una España de Chabrier intensamente rubateada y paladeada desde el empaste y la claridad de los planos hasta la "Feria" de la Rapsodia española raveliana, de exquisita matización dinámica, con el maestro texano bailando literalmente sobre el podio en los pasajes de rítmica más acentuada.

Eso fue hasta la Rapsodia, con un Ibert entre medias hedonístico y evanescente, orientalista y cromático, y una Alborada del gracioso fantasiosa y detallista. Fue hasta la Rapsodia, porque después llegó el Bolero y ahí Axelrod ajustó el objetivo y buscó el ideal raveliano, hacer ese excitante crescendo orquestal en unos 17 minutos sin variar el tempo, acaso con algunas pequeñas inflexiones (que también afectaron a las dinámicas, como cuando los violines primeros pusieron definitivamente en juego sus arcos), incrementando paulatinamente la tensión gracias a una orquesta que mostró rigor extraordinario y una capacidad soberbia para modular minuciosamente la intensidad. Fue una versión apoteósica, que dejó en la ciudad de Falla la imagen de una orquesta en estado de gracia.