La exposición Otorgo y conozco muestra en el Archivo Provincial documentos relacionados con la contratación de obras que forman parte indiscutible del patrimonio artístico de la ciudad. Escritos que recogen el encargo de la custodia de la Catedral de Sevilla, la portada del Palacio Arzobispal o la Giganta que remata la Giralda, así como vestigios de la trayectoria profesional de Velázquez o Martínez Montañés, dan a conocer algunos de los papeles que tienen "un valor especial" entre la gran cantidad de legajos que se conservan dentro del espacio de Almirante Apodaca.

Los contenidos de Otorgo y conozco -expresión que se utilizaba para anunciar el negocio jurídico en las escrituras notariales- abarcan diversas disciplinas como la platería, la retablística o la imaginería, y arrojan luz sobre las férreas condiciones que firmaban algunos artistas. Juan de Arfe, por ejemplo, acordó en 1580 con el cabildo catedralicio la elaboración de una custodia procesional. Una de las exigencias del acuerdo, según explica el comisario de la muestra, Miguel Ángel Galdón, apuntaba que el platero no podía moverse de la ciudad sin solicitar un permiso especial, una cláusula ideada para que el autor no abandonase el proyecto. El fundidor Bartolomé Morel también tuvo sus complicaciones: se comprometió a abordar el Giraldillo en ocho meses, pero la envergadura de la empresa y el incendio de su estudio provocaron que tardara dos años. Los pliegos expuestos en el Archivo indican que el artesano tenía que concentrarse en el trabajo con dedicación exclusiva, que "no debía alzar la mano" de su obra. Lorenzo Fernández de Iglesias aceptó igualmente singulares requisitos: diseñó la portada del Palacio Arzobispal con el compromiso de que el resultado se sometiese a examen por dos arquitectos. El juicio, para su fortuna, fue favorable: consideraron la fachada "labrada y fortificada a toda satisfacción".

Más allá de la anécdota, Otorgo y conozco muestra también la firma de grandes genios como Juan Martínez Montañés, Alonso Cano o Diego Velázquez. Pese a que de Montañés, imaginero prolífico, se conservan multitud de documentos en el Archivo Provincial, se han elegido dos, que versan sobre piezas de la procesión del Corpus: un San Cristóbal y un Niño Jesús "plantado en un cojincico". De los retablos que Alonso Cano realizó para la ciudad, la muestra recuerda el Retablo de San Juan Evangelista del Monasterio de Santa Paula. Velázquez, entretanto, está presente a través de documentos relacionados con su formación: su preparación en el taller de Francisco Pacheco y su obtención, más tarde, del título de maestro del arte de la pintura que le concedía facultades para "usar el dicho su arte, así en esta ciudad como en otras cualesquieras partes".