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Fragmentos

Juan Ruesga Navarro

Demetrio de los Ríos

SE imaginan Sevilla sin sus iglesias mudéjares, como por ejemplo Santa Catalina, San Marcos, Santa Lucía, Santa Marina, San Gil y Omnium Sanctorum? ¿Se imaginan Sevilla sin la Torre del Oro y el arquillo del Ayuntamiento? Pues estuvo a punto de ocurrir en 1869, en plena euforia derribista del siglo diecinueve. Y para que no sucediera fue decisiva la intervención del arquitecto Don Demetrio de los Ríos. Me dirán ustedes que insisto en el conocimiento y difusión de la obra y personalidad de  algunos ilustres personajes de Sevilla,  pero creo que sólo se puede amar lo que se conoce. Por eso quiero recordar  el día del aniversario de su muerte al arquitecto, arqueólogo, escritor y tratadista, Don Demetrio de los Ríos, nacido en Baena y afincado profesionalmente en Sevilla. Una de los responsables de la fisonomía de la Sevilla actual, en ese estupendo y característico equilibrio entre lo viejo y lo nuevo de cada momento.  

En 1868, la Junta Revolucionaria y el alcalde de la ciudad, Don Francisco de Paula Castillo, pusieron en marcha una operación de ensanche, vinculada a la nueva idea de la ciudad burguesa.  Como paso previo empezaron por derribar las puertas y murallas de Sevilla. Sólo en el mes de diciembre de aquel año atacó la piqueta a la Puerta Osario, la Puerta de Carmona y la Puerta de San Fernando.  El ensanche nunca llegó, pero la ciudad cambió su fisonomía para siempre. Al hilo de esos derribos se propusieron muchos más, en este caso  de edificios, y ahí fueron decisivos la acción y el talento de Demetrio de los Ríos para impedirlo, desde su puesto de vicepresidente de la Comisión Provincial de Monumentos. El plan de demoliciones que ya estaba decretado incluía 25 iglesias, la mayoría de ellas mudéjares. Un estilo arquitectónico que por entonces no tenía la valoración que ahora le damos y a cuyo conocimiento contribuyó nuestro personaje  con numerosas publicaciones y dibujos. Aunque solamente por los méritos mencionados ya bastaría para que De los Ríos tuviera un lugar destacado en la memoria de los sevillanos, añadiremos sus trabajos en el conjunto arqueológico de Itálica y la organización y catalogación del primer Museo Arqueológico de Sevilla, además de sus diseños y obras en la fachada plateresca del Ayuntamiento.

Sin duda, si hoy se escribiera un libro como aquel que hizo el pintor Francisco Pacheco con la descripción de Verdaderos retratos de ilustres y memorables varones tendríamos que incluir a Demetrio de los Ríos, junto a otros muchos que trabajaron en Sevilla, y de los que iremos dando noticia poco a poco. Creo que conocer los nombres y biografías de los artífices de la ciudad, enriquece y da fuerza a una sociedad. Por cierto, ya están en sus últimos trámites los cambios urbanísticos que permiten que los cines y teatros del casco histórico sean dedicados a viviendas, comercios, oficinas u otros usos. La Libreria Beta se va del Cine Imperial. Y ahora se puede actuar allí. Y en el Cervantes, y en el Trajano, y en el Lloréns, etc....  ¿Seremos la generación que los dejó desaparecer?.

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