José / Aguilar

Artur, esto se resquebraja

La esquina

05 de octubre 2014 - 01:00

EL lío que tiene Artur Mas con el Estado español es morrocotudo, pero el que tiene dentro del campo soberanista que aparentemente lidera no se queda atrás. El primero ya lo sabe perdido. El segundo intenta desesperadamente ganarlo o, al menos, empatarlo. Salvar los muebles, si es que ello fuera posible después de haber llegado adonde ha llegado.

Conforme el desafío avanza a su fatal desenlace el frente independentista se resquebraja. Mas ya había perdido por el camino a sus coaligados de Uniò (Duran i Lleida), partidarios de la consulta legal, pero enemigos de la secesión. Ahora, tras el rechazo del Tribunal Constitucional, el resto de los compinches de aventura discrepan abiertamente sobre qué hacer. La larguísima reunión iniciada el viernes lo demuestra.

Pero es que antes ya se había reunido Artur Mas con Oriol Junqueras, de ERC, el auténtico dirigente del independentismo, reconfortado por las encuestas que le auguran su conversión en el primer partido de Cataluña, y ahí el presidente demediado de la Generalitat le ofreció repensar las cosas y aceptar la reforma constitucional propuesta por el PSOE.

Ni que decir tiene que Junqueras no está por la labor. Quiere celebrar el referéndum del 9 de noviembre a toda costa, aunque sea ilegal, tal y como se comprometió Artur Mas hace un año, lo que ha acaparado todas las energías de ambos desde entonces. Los ultras de la CUP -los del tío de la sandalia- mantienen la misma posición, mientras que IU estaría más inclinada a renunciar a la consulta (y a votar no a la independencia, en todo caso).

Eso, en cuanto al futuro. En el presente estado del proceso siguen produciéndose discrepancias frontales. Mas las activa dando una de cal y otra de arena. Un día suspende la campaña institucional y libera a los funcionarios del riesgo de incurrir en delito si participan en los preparativos del referéndum prohibido por el Constitucional, con gran cabreo de Junqueras, y otro día se expone a delinquir él mismo haciendo elegir una junta electoral completamente ilegal para supervisar el referéndum que no se celebrará. Con gran contento, ahora, del líder de ERC.

Así está el tema: el bloque democrático se muestra firme, amplio y cohesionado y el bloque separatista está cada día más dividido. Una buena noticia.

Quien siembra vientos ya sabe lo que recoge. Por muy astuto que se crea.

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