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Helena Arriaza

Estaba claro

NO aprenden. RTVE se empeña en remontarnos a años pasados y el resultado siempre es el mismo: fracaso. El lunes pasado fue una noche de estrenos. En Telecinco Anclados, en Antena 3 Pekín Express y en La 1 Así de claro. Me decidí, al igual que haré esta noche, por el programa de Cristina Pedroche. Los días posteriores quise ver las otras dos novedades de la parrilla. La ficción de Mediaset no me gustó, aunque reconozco que es una buena opción para los que les guste el humor fácil. Pero lo del regreso de Ernesto Sáenz de Buruaga me resultó infumable. Si no lo han visto todavía, no lo hagan. Menuda pérdida de tiempo. No tengo demasiados recuerdos de la trayectoria del presentador en televisión aparte del "así son las cosas y así se las hemos contado". Una frase que tras ver Así de claro para mí ya no es lo que era. La recordaba con nostalgia, como lo último que escuchaba en la tele cuando era pequeña antes de irme a dormir. Pero mi recuerdo infantil ya no es el que era. Ahora la cambiaría por "así son las cosas y las contamos como nos da la gana. Como nos conviene". Es cierto que esto es una constante en televisión pero en un primer programa podrían haber sido menos descarados. Basta con ver los primeros cinco minutos de la emisión para entender el por qué de su fracaso en audiencia. En el primer minuto y medio el presentador repitió dos veces que el PP había ganado las elecciones locales y autonómicas. Después habló del partido de la Copa del Rey entre Barça y Atletic de Bilbao preguntándose "¿por qué menosprecian nuestro himno y nuestra bandera los mismos que exigen que se respeten sus símbolos territoriales?". Y para rematar el sumario, la Pantoja y su permiso para salir de prisión. Sin sentido.

No es de extrañar que Twitter ardiese de comentarios tachando al programa de "derechista", "facha" o "basura". Menos mal que la red social siempre da el toque de gracia a formatos de este tipo que lo único que provocan es sueño por mucho que nos lo vendan como entretenimiento. Esa forma de venderlo ha provocado una merecida lluvia de críticas y la petición de dimisiones "por externalizar un programa informativo". Porque es eso, un programa informativo donde la pluralidad brilla por su ausencia. Aunque eso ya no es de extrañar en la corporación pública. Tan solo hay que observar a los invitados al programa, la mayoría con opiniones que van hacia una misma dirección. Y entre esos invitados Sánchez Dragó. Horror. Intentaron disimular con la conexión que hicieron con Pablo Iglesias, líder de Podemos. Pero ni por esas. Las caritas de la gente del público eran un poema. No había nada que les despertase. Los aburridos tonos de voz del moderador y los invitados, la luz del triste plató o la música con la que parecía que estábamos viendo un programa del siglo pasado. ¡Y duró más de dos horas y media! Admiro a quien aguantase despierto. Ya saben, esta noche no pongan empeño en el programa y hagamos un favor a La 1: ayudemos a que decidan retirarlo cuanto antes.

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