EL actor Karra Elejalde es lo único que me gusta de Chiringuito de Pepe. Ocurre lo mismo que con Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes. Son películas de humor fácil, que caen en el tópico español, sobrevaloradas, pero que se salvan por el trabajo de Karra. El lunes pasado se estrenó la segunda temporada de la serie de Telecinco. Ya era hora. Un año anunciando su vuelta y creando expectación con un producto que no merece ser anunciado a bombo y platillo. Menos mal que esta temporada es la última. Alargarla más sería un error. Lo demostraron los datos de audiencia de la semana pasada. El número de espectadores cayó con respecto a los episodios de la etapa anterior, y eso que era una noche de competencia fácil. Hoy lo tendrá más difícil todavía con el regreso de series como Carlos, Rey Emperador en La 1 y en las próximas semanas seguro que Antena 3 programa los lunes algunas de sus series estrella como Vis a vis o Allí abajo. La ficción producida por Flipy cuenta con bastantes elementos a favor, pero no han sabido sacarles el provecho que se merecen. Entre ellos algunos miembros del reparto. Además de Karra, Santi Millán y Blanca Portillo son dos de los actores de series españolas con más experiencia y queridos por la audiencia. Pero sus papeles en la serie ambientada en Peñíscola están muy por debajo de lo que ellos merecen. Santi interpreta a uno de los protagonistas, el chef Sergi Roca. Un tipo frustrado porque intenta levantar un negocio y ve cómo su familia se lo impide. Sin más. Y Millán da para mucho más. Lo mismo ocurre con Blanca. Hace el papel de una pescadora con carácter y buena gente al mismo tiempo. Con el jugo que se le puede sacar al talento de una de las actrices más versátiles de la televisión, en Chiringuito de Pepe hace uno de los trabajos que pasarán sin pena ni gloria por su carrera. El resto del reparto sí está bien ubicado en esta serie. Jesús Bonilla, una vez más, haciendo de tipo bruto y a El Langui y Adrían Rodríguez no se les puede pedir más como actores. Y lo peor está por venir. Dafne Fernández se va y llegan dos nuevos personajes interpretados por los humoristas Patricia Conde y Dani Martínez. Con lo bien que presentan y hacen monólogos, ¿qué necesidad tienen de ser actores?

En cuanto a la trama el de Chiringuito de Pepe se trata de un argumento de lo menos elaborado. Han aunado el tema culinario, tan de moda en nuestro país, con los problemas que vive la gente del día a día y alusiones a tópicos sobre la política y la familia, consiguiendo como resultado un batiburrillo de sin sentidos con los que algunos espectadores nos sentimos defraudados. Cuando la simplicidad se trabaja bien los resultados son excelentes, pero cuando se trabaja de la forma en que lo hace Chiringuito de Pepe el resultado es malo y además aburrido. Menos mal que mientras dure esta temporada podemos disfrutar de Karra.