La tribuna

Angel B. Gómez Puerto

¿Para qué sirven las elecciones europeas?

EN el Boletín Oficial del Estado del pasado 14 de abril se ha publicado el Real Decreto 482/2009, por el que se convocan elecciones de diputados al Parlamento Europeo. Es el primer paso jurídico a nivel nacional para la convocatoria electoral del domingo 7 de junio. Según esta disposición, a España le corresponden 50 eurodiputados, que podrá ampliarse a 54 si entra en vigor el nuevo Tratado de Lisboa a lo largo de la VII Legislatura (2009-2014), en la que también regirá el nuevo Estatuto del Eurodiputado, que implica un salario común con independencia de su Estado de origen. Los eurodiputado/as se eligen en circunscripción nacional única.

Por su parte, hace unas semanas la Oficina en España del Parlamento Europeo inició una campaña para divulgar estas elecciones europeas del 7 de junio. Acción informativa muy necesaria, pues, según el último Eurobarómetro, tan sólo el 34% de los españoles tienen intención de acudir a votar en las elecciones del 7 de junio, que serán las sextas que se celebren en España y las primeras de la Europa de 27 Estados miembros. Dichos representantes en la cámara de Estrasburgo, en la que se hablan actualmente veintitrés idiomas oficiales, representan a los 495 millones de ciudadanos que actualmente formamos parte de la Unión Europea.

El Parlamento Europeo celebra sus sesiones plenarias en Estrasburgo, y está estructurado internamente en veinte comisiones que preparan los trabajos previos de dichas reuniones del Pleno. Las competencias más importantes las ejerce el Europarlamento a través del procedimiento de codecisión (instituido por el Tratado de Maastrich en 1992). Este importante método legislativo de toma de decisiones iguala jurídicamente al Parlamento y al Consejo (representantes ministeriales de los Estados) cuando se trata de legislar sobre cuestiones tan importantes como la libre circulación de trabajadores, el mercado interior, la educación, la investigación, el medio ambiente, las redes transeuropeas, la salud, la cultura o la protección de los consumidores, entre otras.

El Parlamento Europeo comparte también con el Consejo de Ministros de la UE su competencia más decisiva: aprobar anualmente el presupuesto comunitario. Asimismo, el Parlamento Europeo es el órgano de control democrático de la UE, pues dispone del poder institucional de destituir a la Comisión Europea (brazo ejecutivo de la Unión) mediante la aprobación de una moción de censura por mayoría de dos tercios. Asimismo, supervisa la gestión cotidiana de las políticas comunitarias, formulando preguntas escritas y orales a la Comisión y al Consejo, además de recibir al Presidente de turno de la UE (jefe de Estado o de Gobierno rotativo cada seis meses) para exponer el programa de acción de cada semestre.

Los grupos políticos del nuevo Parlamento Europeo que se constituya deberían intensificar los mecanismos de participación ciudadana, pues la profundización del proceso de integración de Europa sólo tendrá futuro si se abordan decididamente las preocupaciones reales que tenemos los ciudadanos europeos, elaborando participadamente y ejecutando verdaderas políticas de integración comunitaria en materias como la inserción laboral de los ciudadanos europeos que sufren la lacra del desempleo, la lucha contra la pobreza, la defensa de los valores ambientales, la promoción de la cultura, la formación y la educación, igualdad de género, o la cohesión social entre los territorios de la Unión.

Recientemente la Unión Europea ha adoptado objetivos ambientales para el año 2020, conocidos como "el triple 20": 20% de reducción de las emisiones a la atmósfera de dióxido de carbono; 20% de reducción del consumo energético (eficiencia); y 20% de incremento de las energías renovables. El Parlamento, como representante de una voz ciudadana cada vez más comprometida con la defensa del medio ambiente, debiera implicarse especialmente en estos objetivos. Para estos importantes retos, somos necesarios ciudadanos europeos más activos y comprometidos, que hagamos de las instituciones europeas mecanismos cada vez más democráticos y útiles al interés general.

El 7 de junio de 2009 los ciudadanos europeos tenemos la palabra a través de las urnas, pero ya tenemos la responsabilidad de hacer de Europa un espacio político ejemplar en los aspectos democrático, social y medioambiental.

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