Coria del Río

Cerezos junto al Guadalquivir

  • Los cuatro siglos del desembarco de japoneses en la localidad se recuerdan con la plantación de 200 'sakuras', un árbol que es símbolo del país asiático.

Unos doscientos sakuras (cerezos) van a ser plantados en Coria del Río por japoneses para reforzar los lazos entre Japón y esta localidad, donde en 1614 se creó la primera colonia nipona del sur de Europa, tras desembarcar la Embajada Keicho, que encabezó el samurái Hasekura Tsunenaga.

Los seis primeros cerezos, árbol emblemático para Japón y que crea un vínculo entre el lugar donde se planta y quien lo hace, así como para sus descendientes, los apadrinó ayer un grupo de japoneses procedentes de la región de Sendai, de donde partió hace cuatro siglos la expedición de Hasekura Tsunenaga.

Este samurái desembarcó en Coria tras subir el Guadalquivir, que constituía entonces la puerta de entrada de su gira a Europa para entrevistarse con el Papa y establecer lazos comerciales.

Algunos de los integrantes de esta expedición, sabiendo de la persecución del cristianismo en Japón, decidieron quedarse a vivir en Coria del Río, lo que dio origen a una colonia japonesa cuyos complicados nombres fueron simplificados por los corianos con el apellido Japón.

Actualmente, más de 600 de los 30.000 vecinos de Coria del Río portan el apellido Japón y mantienen sus lazos históricos con este país asiático, una especial relación de la que da testimonio el sakura plantado el pasado junio por el príncipe heredero japonés Naruhito, junto al monumento al samurái Hasekura Tsunenaga, erigido en el punto del Guadalquivir donde desembarcó. Cerca de este lugar se plantaron ayer seis sakuras más por una delegación de católicos de Sendai, encabezada por el obispo de esta diócesis japonesa, Marchino Tetsuo Hiraga.

El prelado, quien presidió una misa en la iglesia de Santa María de la Estrella, donde se bautizó al primer Japón de Coria del Río, ha recordado el carácter religioso de la expedición de Hasekura Tsunenaga y ha evocado las dificultades que el catolicismo sufrió en Japón en aquella época y las actuales vicisitudes que padece en este país asiático.

En los próximos meses está previsto que se planten hasta doscientos cerezos más por otros tantos japoneses que unirán este histórico parque fluvial a los tradicionales destinos turísticos sevillanos, vinculados al flamenco y los toros, según señaló el alcalde de Coria del Río, Modesto González.

El presidente de la asociación que promueve esta iniciativa turística, Haruo Shimohira, ha destacado la importancia que se otorga en Japón a la plantación de un sakura, árbol cuya floración se asocia al Día Nacional nipón y cuyo himno tradicional cantó ayer, emocionada, la delegación nipona.

"Sembrar un sakura es una señal de unión entre dos pueblos; es una señal que nos ata y nos obliga para volver a venir aquí para ver cómo crece el árbol que acabamos de sembrar; en el momento en que yo no pueda venir, vendrá mi hijo a verlo y así sucesivamente, por lo que la relación entre Japón y Coria acaba de comenzar y va a continuar", explicó Haruo Shimohira.

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