La denominada Vía Parque iba a ser originariamente una carretera de gran capacidad para articular el tráfico en la parte central del Aljarafe (Bormujos, Tomares, Mairena, San Juan) y así se incluyó en el primer intento de plan metropolitano de transportes, en 1995, y en el PGOU de Tomares, en vigor desde 2005, aunque ya como una carretera de menor nivel y para sacar el tráfico de las calles. Su concepción es la de una ronda exterior, que pasaría a través del olivar existente entre el casco urbano y el club de golf Zaudín.

Pero el proyecto avalado por la Junta -que motivó una alegación del anterior gobierno local socialista al Potaus para agilizar su ejecución, que se expuso con el PGOU y que se va a costear con convenios urbanísticos- es objeto de controversia ciudadana cuando está a punto de ejecutarse. Los vecinos que viven cerca, en Olivar de Aljamar, aseguran que al comprar sus casas junto al que está destinado a ser el parque central del Aljarafe nadie les dijo que iban a tener una carretera de cuatro carriles y 30 metros de anchura a 50 metros de sus fachadas.

"Nos sentimos engañados", asevera José Luis Mora. "El pueblo no está enterado", añade Carmen Rodríguez, que censura que se hable de la Vía Parque como un eufemismo o de forma "engañosa", como matiza Lucas Gamero, cuando su diseño se asemeja al de "una autovía". Ellos son algunos integrantes de la plataforma que se ha constituido y que ya ha celebrado dos asambleas para intentar que la carretera no se haga. "En el siglo XXI, eso no es progreso", defienden en sus carteles.

En su defecto, creen que hay que alejarla hasta el límite con el Zaudín para evitar que deje apenas un cinturón verde (son 70 hectáreas, pero extendidas desde Bormujos hasta San Juan) entre la carretera y el núcleo urbano. Están convencidos de que creará una barrera entre pueblo y el resto del olivar, la aportación de Tomares al gran parque del Aljarafe al que deben sumar suelo Mairena y Bormujos y cuyo mantenimiento recaería de forma compartida en la Junta, la Diputación y los ayuntamientos de Bormujos y Tomares, aunque nada se sabe de cómo y cuándo se materializará este proyecto. Incluso el templete en torno al que se celebra la romería de San Sebastián quedará al otro lado del vial.

La plataforma ha mantenido dos reuniones con el alcalde, José Luis Sanz (PP), que, requerido por este diario, rehusó aclarar el estado del proyecto y qué le parece el planteamiento de los vecinos. Éstos aseguran que el regidor ha admitido que la iniciativa heredada es una "barbaridad", pero sólo les planteó la posibilidad de limitar la velocidad o desviar el trazado mínimamente. El proyecto ya está hecho y, sobre el terreno, señalados algunos de los 400 olivos que habrá que quitar.

El grupo vecinal mantiene, además, que el enlace con la autovía de Mairena dibujado sobre el papel no está previsto, con lo que el "vial no tiene sentido" y ponen sobre la mesa que cuando la Dirección de Carreteras de la Junta avaló el PGOU advirtió que "antes de materializarse la Vía Parque es importante contar con el nuevo cruce (bajo el río) que contempla la SE-40 al sur del Centenario y la línea 1".

Fuentes del anterior gobierno socialista explicaron ayer que la Vía Parque pasó todos los trámites y que para minimizar su impacto paisajístico estaba previsto que fuera a un nivel más bajo, aunque desconocían si el diseño se ha cambiado. La inversión formaba parte de un convenio con los promotores de la zona, que debían sufragar el parque, la carretera y el nudo con el parque empresarial Zaudín, que están pendientes todavía. En los presupuestos municipales del año 2008 había 700.000 euros para el elaborar el proyecto de la franja de zona verde y el vial.