Sevilla

Un 'Escorial' con alma de galeón

  • Por mar y por tierra. Coinciden una visita al Archivo de Indias, que mañana visita el emperador heredero de Japón, con la presentación de un libro sobre el cultivo del maíz en Ecuador

EN cuatro meses que lleva de director, Manuel Ravina (Cádiz, 1949) ya ha enseñado el Archivo de Indias 18 veces. Y ya está preparado para la visita número 19, la que mañana realizará el emperador heredero de Japón en este viaje conmemorativo del cuarto centenario del primer contacto oficial entre Oriente y Occidente. Felipe II construyó la Casa-Lonja para acabar con el espectáculo de los mercaderes comerciando en las gradas de la Catedral y un panameño criollo, Manuel José de Ayala, convenció a Carlos III de que había que recopilar toda la documentación americana y unificarla en un archivo. "Con Juan Carlos I, los tres reyes más importantes de la historia de España", diría la víspera Ramón María Serrera (Sevilla, 1948).

Esta lección magistral sobre el Archivo de Indias brindada por la Academia de Buenas Letras visualiza en el relevo de un profesor sevillano a otro gaditano el traslado de la Casa de la Contratación de Sevilla a Cádiz. "Todo el que quisiera ir a América", dice Ravina, "tenía que salir de Sevilla y pasar por Cádiz hasta que en 1765 se abre a otros ocho puertos y en 1778 se aprueba el libre comercio".

Arropado por dos colaboradores, el director del Archivo mostró cuatro documentos originales a la visita, incluido un plano de la ciudad de Cuzco. La ínfima punta del iceberg de un patrimonio documental formado por 43.000 legajos, ocho kilómetros de estanterías y ocho millones de documentos originales, algunos tan sustanciales como el Tratado de Tordesillas, la petición de Cervantes de viajar a Panamá y la negativa de Felipe II "gracias a la cual se quedó aquí y empezó a escribir el Quijote", o las cartas de Colón que desde hace treinta años, por razones de seguridad, sólo se consultan en reproducciones o digitalizadas.

Hasta el año 2000, el despacho del director era el llamado del Patronato. Lo presiden retratos de Carlos III, Isabel II y Fernando VII, junto los que la Fábrica de Tabacos le encargó a Goya de Carlos IV, el rey que redacta las ordenanzas del Archivo, y de su esposa María Luisa de Parma. Cuadros que por tanto no pertenecen al Archivo, ya que son propiedad de Altadis. El único elemento extraño junto a los papeles y los retratos de los más de veinte capitanes generales de Cuba que se trajeron de la isla dos años antes de perderla. Junto a los cinco personajes de la realeza, ese despacho tiene un busto de Ramón Areces. El fundador de El Corte Inglés contribuyó con tres mil millones de pesetas, ya en el arcón numismático de los maravedíes, a la informatización de los fondos del Archivo realizada de 1986 a 1994.

En años alternos, salía la flota a Nueva España (a Veracruz) y los galeones a Tierra Firme (Portobelo). Ya están en internet los nombres y actividades profesionales de cuarenta mil pasajeros. A diferencia de sus vecinos monumentales, el Alcázar y la Catedral, la visita al Archivo de Indias es gratuita. El año pasado lo visitaron más de doscientas mil personas. Los investigadores ya no entran en la antigua Casa-Lonja que sí frecuentaron Carande, Chaunu, Hamilton o Braudel, que definió este espacio como "el lugar donde latía el corazón del mundo". Ahora investigan en el edificio de la calle Santo Tomás que albergó al Museo de Arte Contemporáneo. Los ordenanzas les llevan los documentos a través de un túnel donde hay cementerio, viviendas y una torre almohade.

Ni en la guerra civil se interrumpió la actividad en el Archivo de Indias. "El 20 de julio de 1936 era lunes y, con tiros en la Avenida y en la Plaza Nueva, hubo investigadores en el Archivo". Cuando los franceses ocupan la ciudad, echan cortinajes sobre las estanterías de caoba para organizar una fiesta en la galería superior en honor de José Bonaparte. "Se llevaron la sección titulada Negociaciones con Francia que 130 años después el general Petain le restituyó al general Franco, junto a la Dama de Elche".

Desde que un investigador argentino robó planos de la Biblioteca Nacional, se reforzaron las medidas de seguridad. El Archivo de Indias cuenta con 26 vigilantes, cinco en horario de noche. Ravina abrió las puertas de su despacho, presidido por un retrato de Juan Bautista Muñoz, artífice del edificio, una joya con diseño de Juan de Herrera; mostró la escalera volada de Zumárraga, "la pieza más original"; y permitió miradas fugaces al patio, "inspirado en el de los Evangelistas de El Escorial", cerrando rápidamente "porque la luz se come los grabados". El director es el mejor guía. Enseñó Paleografía, la cartografía de las letras.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios