Una esperanza para los enfermos en coma

La Universidad de Sevilla y el Centro Crecer, distinguidos en un congreso internacional por una investigación sobre el daño cerebral

R. S.

08 de julio 2013 - 05:03

Vivir sin lóbulo frontal o sin cerebro anterior es el título del estudio de la Universidad de Sevilla y del Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral (Crecer) que acaba de recibir destacados reconocimientos durante su presentación en el II Congreso Internacional de Neurología y Terapéutica, celebrado en Chicago.

Las conclusiones son el resultado de los trabajos, estudios e investigaciones realizados por el profesor José León Carrión y la directora y doctora María del Rosario Domínguez-Morales, en el Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral durante más de 15 años con pacientes con daño cerebral frontal, con lesiones en el cerebro anterior. Se calcula que cada año hay entre 56 y 170 personas por cada millón de habitantes que padecen este tipo de daño cerebral frontal tras sufrir un ictus, accidente vascular o traumatismo craneoencefálico. De ahí que en España se hable de una incidencia de alrededor de 6.000 personas afectadas, de las que 150 residirían en la provincia de Sevilla.

El premio recibido en este congreso internacional en Estados Unidos "abre nuevas e importantes vías para el tratamiento y la recuperación de estos pacientes", pues hasta ahora estos pacientes "tenían pocas opciones de recuperación funcional, una vez estabilizados médicamente y diagnosticados de coma, estado de mínima respuesta, o con el síndrome de vigilia sin respuesta, antes conocido como estado vegetativo", según los investigadores. "Hasta hace 20 años estos pacientes fallecían en el 80% de los casos, si bien, en la actualidad con el excelente trabajo que se realiza en las unidades de cuidados intensivos traumatológicas y los avances tecnológicos y de conocimientos en neurociencias se ha conseguido dar la vuelta a las cifras y el índice de supervivencia es de alrededor del 80%, registrándose en Sevilla incluso marcas superiores".

Según explicó el doctor, lo que se ha descubierto y se ha reconocido en este estudio, son la localización de los mapas de conexión y no conexión entre el cerebro anterior y el cerebro posterior, algo que "hasta ahora no había sido analizado desde esta perspectiva, sino desde la del cerebro izquierdo y derecho". León Carrión y su equipo han encontrado que todos los recuerdos, emociones, conocimientos y vivencias de toda nuestra vida se van almacenando en el cerebro posterior, y en un cerebro sano permanecen ahí toda nuestra vida; pero este cerebro posterior no es nada funcionalmente si no tuviera un cerebro que se encargara de planificar, tomar decisiones, llevarlas a cabo, y ejecutarlas, y es el cerebro anterior el que realiza esta función ejecutiva. Por ello, si hay daño en la corteza cerebral prefrontal se rompe la integración entre el cerebro anterior y el cerebro posterior y la persona no puede llevar una vida independiente, ni dar las respuestas adecuadas a las exigencias del medio.

Los hallazgos presentados en el congreso de Chicago han mostrado la existencia de mapas de desconexión entre el cerebro anterior y el posterior y de cómo interactúan ambos cerebros y su dirección. El primer paso tras esta investigación es analizar los daños que padecen un paciente que está en coma o que está en estado de vigilia pero que no emite ningún tipo de respuesta compatible con la comunicación.

La rehabilitación aplicada que lleva el profesor en Crecer pone de manifiesto que "estos hallazgos abren nuevas e importantes vías de esperanza a pacientes por los que hasta ahora no se podía hacer mucho para que volvieran a ser personas independientes".

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