Sevilla se alzó en el tercer trimestre del año con el dudoso honor de convertirse en el campeón de la destrucción de empleo dentro de la comunidad autónoma que más puestos de trabajo perdió de toda España. En la economía provincial se volatilizaron 18.800 empleos en relación con el trimestre anterior, y la cifra total de ocupados apenas supera por 2.700 personas la cota psicológica de los 600.000, cuando en los años de bonanza rebasaba con holgura los 700.000. 

Por primera vez en décadas, la tasa de ocupación -que mide el peso de los trabajadores sobre el conjunto de la población de más de 16 años, sea activa o inactiva- se sitúa por debajo del 40%, concretamente en el 39,2%, 1,3 puntos porcentuales menos que en el trimestre anterior. Es la mayor caída desde el tercer trimestre de 2009, uno de los peores de la crisis económica. 

Paradójicamente, la Encuesta de Población Activa (EPA) refleja una disminución del número de desempleados en 1.600 personas -situándose en 308.600- respecto al máximo histórico marcado en el segundo trimestre de 2013. 

Sin embargo, la tasa de desempleo escaló al 33,8%, la mayor de toda la crisis. La explicación radica en la pérdida de población activa, en consonacia con lo que ocurre en Andalucía. La provincia de Sevilla perdió 20.400 personas con trabajo o en búsqueda activa de empleo. Éstos pasaron a formar parte de la población inactiva ya que el segmento poblacional de más de 16 años se mantuvo prácticamente estable en relación con el trimestre anterior. 

La conclusión es clara: cunde el efecto desánimo entre los desempleados ante la imposibilidad de encontrar ocupación, pero todavía no se percibe un movimiento migratorio en paralelo, posiblemente como consecuencia de la fortaleza de las redes familiares de la provincia, la economía informal y las ayudas del Estado de bienestar en forma de subsidios o prestaciones. 

El tercer trimestre del año suele ser tradicionalmente malo en Sevilla por la finalización de contratos de hostelería vinculados al turismo. Por sectores, la destrucción de empleo se produjo fundamentalmente en las actividades de servicios, sobre todo en el sector público, que perdió 7.000 ocupados respecto al trimestre anterior, descendiendo hasta 143.600; y en el comercio, que también destruyó 8.000 puestos de trabajo. 

Al menos, la nota positiva es la disminución del número de hogares con todos sus miembros activos en paro, que pasó de 102.700 a 97.600. No obstante, siguen suponiendo casi la quinta parte del total.

A nivel de Andalucía, Jaén, Granada y Almería fueron las provincias con mayor tasa de desempleo en este periodo con un 40,37, un 38,85 y un 38,77%, respectivamente. En el resto de provincias, la tasa de paro en Cádiz ascendió al 37,47%, en Córdoba ascendió al 37,16%, Huelva (35,42%) y Málaga (34,38%).

En cuanto a la tasa de actividad, Almería, con 62,30%, fue la única provincia andaluza con porcentaje superior al 60 por ciento en el tercer trimestre del año. En el resto de provincias, en Sevilla la tasa de actividad fue de 59,36 por ciento; en Granada fue del 59,15%; en Málaga la tasa de actividad fue de 58,8 por ciento;  en Jaén fue del 57,44%; en Cádiz fue del 56,99%; en Córdoba fue del 56,89%; y en Huelva, la tasa de actividad fue de 56,32%.

En números absolutos, en la Comunidad fueron Sevilla, Málaga y Cádiz, las que ocuparon las tres primeras posiciones, con 308.600, 271.900 y 214.600 parados, respectivamente. 

En el cómputo global de España, el desempleo bajó en 72.800 personas en el tercer trimestre.