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Sevilla

El Ayuntamiento insiste en buscar un acuerdo para exponer el Carambolo

  • Las condiciones que se han exigido en otras ocasiones para exhibir el tesoro contemplan férreos sistemas contra incendios y vigilancia.

El gobierno de Juan Ignacio Zoido optó ayer por la prudencia y evitó pronunciarse sobre el segundo dictamen negativo que han emitido los expertos de la Comisión de Bienes Muebles acerca del préstamo del original del Tesoro del Carambolo para su exposición en el Ayuntamiento de Sevilla. Tal y como adelantó ayer este periódico, los especialistas a quienes la Junta de Andalucía ha solicitado su opinión para autorizar o no la salida de las joyas, custodiadas en una caja acorazada, mantienen que el plan de seguridad ampliado y revisado por el gobierno de Zoido no elimina todos los riesgos. 

Este rechazo de los técnicos sirve a la Junta para vetar la muestra y dificulta su celebración, pues deben ser las tres administraciones, también el Gobierno central, quienes den el visto bueno y, de momento, el Ministerio de Cultura ha dado un sí condicionado a que no existan impedimientos técnicos. Y el informe de los expertos es uno de ellos.

No obstante, el Ayuntamiento de Sevilla planteó ayer un diálogo a tres bandas para buscar soluciones, desde el convencimiento de que "si hay voluntad, se llegará a buen fin", apuntó ayer el portavoz del gobierno municipal, Curro Pérez. "El Ayuntamiento es el propietario y tiene mucho que decir", insistió. Quien sí habló ayer de nuevo fue la oposición. El portavoz del PSOE aseguró que este empeño del alcalde por exponer el tesoro es "puro electoralismo".

El informe de los expertos insiste en que la Casa Consistorial es una sede administrativa, no un museo y que existen lagunas en la seguridad sin resolver. En esta línea, recuerdan que el protocolo que rodea a un tesoro de esta índole es muy férreo, dado el valor histórico del ajuar de oro del Carambolo y también  de los exigentes y crecientes "estándares" de seguridad, mantenimiento y conservación en el mundo del patrimonio histórico.

En concreto, se requeriría un seguro de más de 16 millones de euros. Entre las condiciones que se exigieron para que tres de las piezas salieran el año pasado a Nueva York, donde han estado expuestas, figuran varios sistemas de seguridad. En concreto, se solicitó un sistema automático antiintrusión y de incendios conectado a una central de alarma atendida por una empresa especializada, entre otros, dispositivos de extinción de incendios automáticos y manuales. Además, se requería también un complejo entramado de videovigilancia y grabación, con cámaras instaladas de manera que eliminasen los puntos muertos y controlasen todo el interior y exterior de la sala. Dentro de ésta, se solicitaba una vitrina hermética colocada en una peana ignífuga que no permitiera el paso del aire exterior para evitar daños en el oro. 

La urna debería llevar un depósito interior para gel de sílice, que amortigüe la humedad, y una cerradura invisible con tres anclajes y sensores antirrotura conectados directamente con la Policía. La sala elegida, en este caso la Sala Capitular Baja, debería cumplir los requisitos de climatización para este tipo de exposiciones, con una temperatura estable de 22 grdos y una humedad relativa del 45% al 50%. En resumen, un búnker para el Carambolo que, al parecer, no han visto los expertos que han vistitado el Consistorio.

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