OBITUARIO

Muere Miguel Ángel Yáñez Polo, médico e impulsor del fotodocumentalismo sevillano

Cien mil fotografías. 25.000 fichas. Biografías de 975 fotógrafos. Es el inagotable arsenal gráfico que a lo largo de su vida fue acumulando Miguel Ángel Yáñez Polo (Sevilla, 1940-2016), que ha fallecido a la edad de 75 años.

Dedicó más de cuarenta años de su vida a este trabajo de fotodocumentalismo. Una labor ciclópea que combinó con su trayectoria como médico internista. Fue un médico humanista que estudió Solfeo y Piano en el Conservatorio; escribió una tetralogía literaria sobre la ciudad de Sevilla, estudioso de su dialéctica de bullas y silencios; fue finalista del Andalucía de Novela con Stabat Mater y ganó el premio Blanco White de Novela de Vanguardia con Kant, amigo mío.

En 1975 fundó f/8, Grupo Fotográfico de Libre Expresión. Cinco años después publicó una Historia de la Fotografía en Sevilla. Creó la Fototeca Hispalense y el seminario sobre Historia de la Fotografía Sevillana en el Ateneo. Nombre clave de los fotomontadores europeos, expuso en museos de Nueva York, París, La Habana o Sao Paulo.

Incondicional del existencialismo francés, fue amigo de Ernesto Sabato, su anfitrión en las visitas que el escritor argentino hizo a Sevilla. Una relación de la que le habló a Ángel Pérez Guerra en una entrevista. Sabato le mostró en la casa del americanista Francisco Morales Padrón las fotografías de unas pinturas que estaba realizando. Yáñez Polo le dijo que en ellas salía lo mismo que en sus novelas. "Es que cuando uno hace las cosas en serio, le salen siempre los mismos fantasmas".

Fantasmas que en Sevilla siempre imaginaba en procesiones, "pero no las de Semana Santa" o practicando una herencia de los árabes "como era el esperar ver pasar el cadáver de tu enemigo".

Juan Holgado Mejías lo entrevistó en más de una ocasión. La última vez que lo vio, Yáñez Polo le contó que estaba escribiendo una Historia fúnebre de Sevilla. Defendía la fotografía como hija putativa de la tecnología y la sociología. Una técnica elevada a la categoría de arte que revolucionó la sociedad a partir de 1840.

En su chalé de Heliópolis conservaba las cien mil fotografías obtenidas de las maneras más inverosímiles. Muchas en el Jueves, mercadillo que visitaba con frecuencia; algunas, rescatadas del expurgo de chamarileros. Era miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. En 1967 se casó con Teodora Camacho, la madre de sus ocho hijos.

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