Sevilla

El gobierno justifica el plan de tráfico para 'salvar' el comercio del centro

  • Movilidad niega los malos augurios del comercio y defiende que la restricción de tráfico privado en el Casco Antiguo será la clave para que perviva · Los 45 minutos de paso se someterán a debate vecinal

Frente a la hipótesis de la patronal de comercio (Aprocom) de que el centro de Sevilla morirá estrangulado si se restringe el tráfico privado sin disponer aún de una red de Metro o de tranvía en condiciones, el gobierno local defendió ayer, como contrahipótesis, las bondades de su plan de tráfico para el casco antiguo como "la solución para que el centro perviva" y, por tanto, para mantener su actividad comercial, residencial y turística. Lo dijo Rubén García, director de la Concejalía de Movilidad, en la primera mesa redonda de las jornadas organizadas por el Ayuntamiento para recabar la opinión y sugerencias de los vecinos sobre la política de tráfico y transporte de PSOE e IU.

La segunda idea que planteó el gobierno local fue que "se han hecho muchas cosas" y que es el momento de aplicar el plan. Con el objetivo de refutar "las afirmaciones ligeras", según el alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín, de quienes piden tener mejores transportes y hacer más cosas antes de restringir el centro, el regidor socialista citó en la inauguración de las jornadas los deberes hechos. Las 435.000 plazas diarias de autobús para venir al centro, el tranvía a la Plaza Nueva, el Metro a la Puerta de Jerez, 43 estaciones de bici en el casco, 1.800 plazas para aparcar bicis privadas, 1.395 plazas de zona azul y un 55% de plazas libres de aparcamiento subterráneo en el centro y los alrededores porque la ocupación de 8:00 a 15:00 sólo llega al 45%. De lunes a viernes en esta misma franja horaria la ocupación de parkings es del 42%, según precisó el director de Movilidad minutos después.

La tercera idea que lanzó el gobierno municipal es que, por primera vez, se hará cumplir, con cámaras y multas, la restricción de tráfico en el centro que ya existía "hace mucho tiempo en muchas calles" con placas de prohibición de paso en algunos accesos. La diferencia, según el alcalde, es que hasta ahora el control lo ejercían los agentes de tráfico (sobre todo en Navidad y Semana Santa) y ahora se hará con nuevas tecnologías. "Ha cambiado que ahora vamos a hacer cumplir la normativa y se sancionará a quien la incumpla", dijo Monteserirín. Lo que no aclaró es por qué se ha seguido cobrando a los empadronados con un vehículo en el centro casi 2 euros de la tarjeta con derecho a entrar en el centro (un cobro que se implantó en 2008) si no se cumplía esa supuesta restricción.

En cuarto lugar, el alcalde confesó que los polémicos 45 minutos de paso fue una idea "que planteó el delegado de Movilidad (Francisco Fernández) para dar más facilidades" de acceso al centro a todos los ciudadanos y añadió que causó una reacción airada que no se esperaban, por lo que también se someterá al debate y consenso de los barrios, dijo.

Tomás González, vicepresidente segundo de Aprocom, pidió en su intervención que se construyan las tres líneas de Metro que faltan antes de plantear "un cambio tan radical y brusco" para el centro; que si los coches siguen entrando en el centro es porque carecen de alternativa de transporte público; que se dé un "trato preferente" al centro como escaparate de la ciudad ante los visitantes o, de lo contrario, "el comercio se irá del casco"; y que Sevilla no puede compararse con las grandes capitales con cantidad de transportes que han restringido zonas céntricas como Londres o Barcelona.

Hubo otros colectivos que opinaron ayer sobre el plan de tráfico en las jornadas, celebradas en el salón de actos de Emasesa y organizadas por la empresa SICE adjudicataria del contrato de las cámaras. El mayor apoyo al plan de limitar el tráfico privado en el centro partió de la patronal mayoritaria del taxi ("hay que coger el toro por los cuernos y cerrar el centro salvo a transporte público, hoteles, residentes y carga y descarga", según el vicepresidente Antonio González), de Tussam, de la Federación de Vecinos, y de las asociaciones A Contramano (ciclista) y Peatones de Sevilla. La mayoría de los ponentes coincidieron en la necesidad de fomentar el transporte público en la ciudad y su área metropolitana, especialmente la patronal de autobuses interurbanos (Fandabús), que reclamó una red de carriles bus que llegue hasta el centro e intercambiadores de transporte.

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