Sevilla

Lo que no viene en los libros

  • La UVI del arte. El taller de Restauración de Joaquín Arquillo, hermano del catedrático, es una referencia para los futuros profesionales. Duplicará su alumnado.

EL Plan Bolonia va a suponer un incremento notable del alumnado de las aulas de Restauración que imparte en Bellas Artes el profesor Joaquín Arquillo. Técnicamente, Tratamiento de Escultura y Pintura. Este curso tiene 29 alumnos en el turno de mañana y 27 en el de tarde y el próximo las previsiones giran en torno a 80 alumnos. Doce horas semanales. Diez de prácticas, dos de teoría. Para alumnos de quinto curso.

Los talleres ocupan parte del antiguo garaje de la Escuela de Bellas Artes en la que Francisco Arquillo, hermano de Joaquín, es catedrático de Restauración. Los hermanos Arquillo, uno ya como profesor consagrado, el otro todavía estudiante cuando trabajaba en Telefónica, intervinieron en la restauración de la Macarena.

Este espacio es como un hospital donde se recuperan piezas procedentes de ayuntamientos, iglesias, universidades y otros centros institucionales. Es sorprendente la intuición y el celo con el que este profesor analiza y desmenuza los materiales que recibe. "Los restauradores ponemos a los historiadores en su sitio", dice. Y pone el ejemplo de dos de los pacientes.

Sobre un Santo Domingo procedente de Fuentes de Andalucía existía un informe de colores que no le convencía. Los análisis le llevaron a una conclusión inesperada: "Tuvo que producirse una peste, una cólera que obligó a higienizarlo todo, a meterlo en un pilón y limpiarlo. La policromía estaba con aceite y el agua no actúa nunca en el aceite". El otro caso es una Virgen supuestamente románica. Escrutando materiales, descubrió que la policromía estaba hecha con una máquina. Románico de la revolución industrial. Hay un Santiago en el desierto genuflexo y sin brazos de Montellano.

Sendas pinturas de San Pablo y San Pedro reposan en unas borriquetas para su restauración, después de ser machacados por las termitas. Formaban parte de una puerta de separación de la clausura en un convento de Dos Hermanas. La imagen que más tiempo lleva en el taller es una Santa Fe de una iglesia de Carmona que quedó completamente calcinada a consecuencia de un incendio. "Estalló una vidriera y se produjo el efecto chimenea". La venda negra que tapa sus ojos era blanca.

Una incorporación reciente es una Inmaculada Concepción atribuida a Cristóbal Ramos que Manuel Pastor adquirió el 14 de abril en la subasta de Cajasol. El profesor Roda Peña la estudiará cuando la restaure el taller de Arquillo, que hizo cuatro campañas de verano en Guadalupe con sus alumnos para restaurar el camarín, el relicario y la estatua de la Virgen escoltada por los zurbaranes. Aquí no hay santos en los pasillos, pero sí lista de espera.

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