Monchi, subdirector deportivo

"No puedo decir me voy"

  • El responsable técnico rompe su silencio y aclara todas las dudas sobre su gestión y su futuro.

-La primera pregunta es obligada. ¿Cumplirá su promesa de dejar el consejo al final de curso?

-Lo que expuse y donde lo expuse tiene que tener una seriedad y una continuidad de pensamiento, no fue una declaración inocua, sino seria, y más en el ámbito en que lo dije, la Junta General de Accionistas. No he cambiado un ápice.

-Va a abandonar el consejo, ¿y el cargo de director deportivo?

-Voy a hacer lo que dije en la Junta. Si desgraciadamente al final no se consiguen los objetivos, pondré mi cargo a disposición del presidente, que es lo máximo que puedo hacer, porque yo no puedo dejar de trabajar en el Sevilla porque tengo un contrato en vigor, con una cláusula de indemnización en el supuesto de rescisión unilateral. Después de una temporada de fracaso, si se une otra de fracaso, es honesto que decida el presidente. No puedo decir me voy, porque estaría incumpliendo un contrato. Nos sentaremos a hablar y él tomará la decisión que crea. Eso, en un mundo en que nadie asume responsabilidades y no dimite nadie, es una asunción de mis culpas sobre la no consecución de los objetivos.

-Si el presidente, por sus problemas judiciales, tuviera que marcharse del club, ¿se iría con él o se quedaría con cualquier otro?

-Para esa resolución aún queda mucho tiempo. En el supuesto de que tuviera que dejar el cargo y yo siguiera siendo el director deportivo, que puede darse el caso de que ya no lo fuera, haré lo mismo, pondré mi cargo a disposición del nuevo presidente, sea quien sea, por lógica y por ser fiel a mi idea.

-¿Está cansado tras 12 años?

-En mayo haré 13. Es evidente que este puesto desgasta mucho. En mi caso, al mezclarse lo profesional y lo sentimental, no he sido ni seré capaz nunca de diferenciar lo que es ser director deportivo y simple sevillista. Es uno de mis grandes defectos y por eso siempre ha sido mucho más grande el sufrimiento que el gozo. El puesto cansa, tiene mucho roce, estás expuesto a la opinión y estoy más desgastado que cuando empezaba, pero todavía me queda ilusión para poder seguir abriendo las puertas de este despacho.

-Pase lo que pase, hay que empezar un proyecto nuevo. ¿Se ve con fuerza para empezar desde cero?

-Me gustaría dar un matiz. El Sevilla empezará un proyecto de nuevo, seguro, pero no va a ser marcado exclusivamente por los problemas económicos. Los problemas económicos del Sevilla para sí los quisieran muchas empresas ajenas al fútbol y muchos clubes. De los 20 equipos de Primera, si quitamos los cuatro que son clubes, de los 16 restantes todos han estado o están en concurso de acreedores excepto cinco: Atlético, Valencia, Getafe, Espanyol y Sevilla. Esos otros cuatro darían dinero por estar en la situación del Sevilla, pero no podemos ser ajenos a la crisis. Parece que el Sevilla no puede ni abrir la puerta y en el fútbol actual cualquiera de esos equipos se cambiarían por nosotros. A partir de ahí, claro que me encuentro con ilusión. Si el 1 de julio sigo aquí, no va a haber ningún otro que tenga más ilusión que yo para afrontar un nuevo proyecto. Sigo estando en mi casa y teniendo las ganas de conseguir que ese proyecto tenga buen alcance.

-La gente pregunta por qué clubes en concurso acceden a futbolistas a los que no llega el Sevilla.

-Quitando a nuestros competidores más cercanos, Valencia o Atlético, que tienen un nivel superior, y Athletic, que tiene un régimen fiscal distinto, con el resto estamos en una posición de adquisición de jugadores mejor. Luego está el acierto. Cuando estábamos en una posición muy inferior a otros también teníamos más acierto. En los últimos cuatro años no hemos hecho un desembolso por encima de 5 millones. Los últimos por ese precio fueron Guarente y Alexis. Y han llegado Rakitic, Medel, Kondogbia..., que son jugadores importantes sin grandes desembolsos.

-Ha estado un tiempo acorazado, como peleado con el mundo...

-No, yo no me he alejado. 13 años conviviendo con los mismos medios de comunicación erosiona. Pero yo no he dejado de saludar a nadie. Ahora no tengo tantas entrevistas, pero mi relación sigue siendo normal. Pero el entorno no es el mismo, no estamos tan contentos como hace tres años. Lo que me molesta es que gente que no me llama hace años diga que he cambiado, ¿cómo lo sabe si no habla conmigo?

-La línea descendente coincide con su alejamiento de los estadios, con delegar en otros...

-Yo viajo casi igual. No he sido un asiduo viajante. Primero porque siempre me gustó estar con el primer equipo y segundo porque en el club hay personas que se dedican a eso. Cuando fichamos a Baptista, Daniel, Adriano, Poulsen, Keita, Kerzhakov... yo no viajaba más que ahora. Ahora viajo más y cada vez veo más fútbol, porque hay más medios. La toma de decisiones es igual que cuando accedí al cargo. El responsable de cualquier adquisición soy yo. Y mi grupo de trabajo no ha cambiado, sólo en la figura del secretario técnico, que en los primeros cinco años fue Antonio (Fernández) y en los siguientes ha sido Víctor (Orta). En ambas etapas ha habido aciertos y errores, pero la memoria juega malas pasadas.

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