El Sevilla solventó con un triunfo su primer amistoso de pretemporada, con motivo del homenaje a Antoñito, ante un buen rival como el San Fernando, que ha cuajado una gran temporada en el grupo IV de Segunda B. Brilló Marko Marin, que despuntó con dos bellos goles y con buenos movimientos, dejando destellos de crack.

Unai Emery, antes de que le dé más empaque a su once en la gira sudamericana, dispuso un Sevilla mixto, incluso con jugadores con cartel de transferible como Maduro y juveniles como Cotán, Modesto y Moi, que suplió a Perotti, quien se cayó de la alineación por unas molestias en el tobillo.

La diferencia de categoría no se notó en la primera mitad. Al Sevilla le faltó mordiente arriba. Rusescu, algo estático, pudo marcar ya a los 50 segundos, pero estrelló su disparo a bocajarro en el meta local. Reyes sí mostró más chispa que el resto de sus compañeros de ataque. A la media hora envió un tiro al palo, en el minuto 33 falló un mano a mano y en el 34 marcó tras anticiparse a un defensa.

Atrás el Sevilla no se mostró muy firme en ese primer periodo, en el que Carrión adelantó al San Fernando. Pareja evidenció falta de acoplamiento y el costado izquierdo, con el argentino y Fernando Navarro, no funcionó.

El decorado cambió en la segunda parte. Uno de los de siempre, Rakitic, y uno de los nuevos, Marko Marin, le cambiaron la cara al equipo. El suizo-croata, como medio centro junto a Medel, puso el criterio que faltó en la primera parte y el alemán de origen bosnio dio profundidad con sus continuos desmarques y su velocidad. Así llegó el 1-2, con un pase de tiralíneas de Rakitic que definió Marin con el exterior. Un derechazo de Reyes desde el borde del área supuso el 1-3 y el propio Marin marcó con una sutil vaselina tras una pared el 1-4 sobre la bocina. Carriço, recién llegado, apenas tuvo que mostrarse en la segunda parte y Vitolo tuvo tiempo de dejar pistas de su potencia y su movilidad desde la izquierda. Incluso Rusescu mejoró y hasta dejó un detalle de tacón.

Antoñito, orgulloso por su etapa en el Sevilla que cimentó los éxitos

Antoñito recibió un emotivo homenaje por parte del club de sus amores, el Sevilla, y el club en el que colgó las botas al final de la temporada pasada, el San Fernando, hacia el que también tuvo unas muy calurosas y cariñosas palabras de despedida y gratitud. El carismático delantero del Polígono San Pablo, de 35 años, aseguró que se fue del fútbol porque "del fútbol hay que saber irse antes de que el fútbol te eche a ti". El ya ex jugador, reconocido seguidor sevillista, que militó en el primer equipo entre 2000 y 2005 con una cesión en la 01-02 al Recreativo, se mostró "orgulloso" por haber contribuido "como Caparrós y otros tantos futbolistas a poner las bases del Sevilla de los éxitos una etapa clave, en la que hubo dos clasificaciones para Europa".