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Emery como impulsor

  • El preparador, que lo conoce de su época como ché, quiere que Banega sea el organizador del Sevilla. Monchi sabe que la pelota está en su tejado y maneja los tiempos de la negociación.

Que ni Monchi ni el Sevilla tienen prisa por firmar al mediocampista que genere el juego es algo que el propio secretario técnico confirmó durante las puestas de largo oficiales de Krychowiak y Arribas como nuevos jugadores de la entidad de Nervión. Ni con el importante partido en el que los sevillistas se juegan un nuevo título europeo a la vuelta de la esquina, el de San Fernando tiene prisa.

"De cara al partido del martes, el equipo tiene las mismas opciones si se ficha o no. Seguro que somos competitivos", sentenció Monchi al ser cuestionado acerca de la proximidad de la llegada del sustituto de Rakitic, algo que el sevillismo espera con los brazos abiertos. Porque la nómina de jugadores que suenan para ocupar el puesto de mediocampista creativo se amplía cada día.

El último nombre en salir a la palestra ha sido el de Éver Banega, futbolista argentino del Valencia y que gusta mucho al técnico, Unai Emery, que ya lo tuvo a sus órdenes durante su etapa como entrenador ché.

Pese a que el secretario técnico sevillista evitó referirse a Banega durante las presentaciones de Krychowiak y Arribas "por tratarse de un futbolista de otro equipo"; según apuntan distintas fuentes, los primeros acercamientos por el mediocampista argentino entre Sevilla y Valencia ya se han producido, y Rufete, director deportivo de la entidad taronja, habría pedido entre cuatro y cinco millones de euros por el internacional albiceleste, una cifra asumible, a priori, para la entidad blanquirroja.

Sin embargo, desde la planta noble de Nervión confían en que todavía pueden apretar más las tuercas y sacar a Banega por un precio más algo más económico, toda vez que el tiempo para hacerse con los servicios del díscolo centrocampista corre a favor del Sevilla, ya que el argentino prefiere continuar en España antes que regresar a jugar a su país, de donde maneja ofertas.

Por su parte, el Valencia ya le ha hecho saber al medio argentino que no cuenta para el proyecto Nuno, nuevo entrenador ché, por lo que anda como loco por buscarle una salida, ya que la suya es una de las fichas más altas del plantel valencianista. De hecho, continuamente deslizan el interés de colocar a Banega en cualquiera de las operaciones que los rectores valencianistas mantienen abiertas para la llegada de nuevos jugadores. Ayer, por ejemplo, desde la capital del Turia se comentaba que deseaban incluir al mediocampista en la operación por el argentino Enzo Pérez, futbolista que actualmente milita en el Benfica, aunque más bien parece una estrategia destinada a intentar presionar al Sevilla para que mueva ficha cuanto antes en la contratación del internacional, que llegó a España con 19 años como una de las grandes figuras emergentes del fútbol sudamericano, procedente de Boca Juniors por una cifra cercana a los 19 millones de euros. La caótica situación del Valencia tampoco ayuda a darle más velocidad al asunto.

Pero en Nervión mantienen la calma. Saben que las prisas no son buenas compañeras y más para la pieza en torno a la que quieren que el juego del Sevilla gire la próxima temporada. Por eso, mejor escoger bien e ir con pies de plomo, sobre todo cuando Monchi sabe que tiene, en el caso de Banega, la sartén por el mango. Además, su confianza en Denis Suárez plena.

Emery se ha puesto en contacto con Banega. El técnico vasco trata de convencer al creador argentino de la idoneidad de su llegada a Sevilla y de la necesidad de plantarse para que desde Nervión se mueva la siguiente ficha en su contratación. Sabe que si el futbolista confirma que sólo quiere aterrizar en el Pizjuán, los rectores valencianistas no tendrán más que aceptar la decisión de un jugador que en sus siete años en la capital del Turia ha ocupado las mismas portadas por sus líos extradeportivos que por sus buenos momentos dentro del campo, que no han sido pocos.

Monchi conoce que los mejores momentos de Banega en el Valencia llegaron cuando Emery era el dueño del banquillo de Mestalla, por lo que esa es una baza que desea jugar y recuperar a uno de los futbolistas argentinos más prometedores de la última década a un coste relativamente pequeño. El éxito de la operación puede ser rotundo.

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