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'Exile': alzhéimer para no olvidar

Para contar una gran historia no hacen falta doce temporadas de veintidós episodios y eso lo saben muy bien los británicos. La BBC, por ejemplo, con tan sólo tres episodios, nos ofrece una historia emotiva, dura e intrigante con Exile. Tom (John Simm) vuelve a su casa después de haberse llevado años sin hablarse con su padre Sam (Jim Broadbent) que padece alzheimer. Las razones de Tom no son nada altruistas, huye de una vida que le deprime, su carrera como periodista ya no es el sueño de antaño y su tormentosa relación con la mujer de su jefe le empieza a afectar negativamente.

Exile se adentra en la compleja relación de Tom con su padre y cómo esta se ve afectada por la enfermedad. Con escenas muy duras que relatan las consecuencias del alzheimer, Exile enseña la transformación de estos personajes. Tom debe enfrentarse a una imagen nueva de su padre, aquel al que admiró durante años y al que ha temido y aborrecido el resto de su vida. Pero ahora no se encuentra con ninguna de esas dos, delante suya tiene a un hombre desvalido, temeroso, que muchas veces no entiende lo que pasa a su alrededor ni quiénes son las personas que tiene delante. Un hombre al que hay que vestir, lavar, acompañarlo al baño y estar continuamente detrás de él cuidando para que no haga ninguna tontería. Esta tarea la ha estado realizando durante años su hermana Nancy (Olivia Colman) que con el regreso de Tom aprovecha para tomarse un descanso.

Sin embargo lo que pronto se podría haber convertido en un melodrama, sus guionistas Paul Abbot y Daniel Brocklehurst se las ingenian para introducir un thriller intrigante que no simplemente sirve como un elemento para tener la atención de la audiencia, sino que sirve como conexión para ilustrar el porqué de la difícil relación de los protagonistas. Una relación marcada por un incidente durante la adolescencia de Tom que le hizo huir de su hogar, al que no había vuelto. Pero a raíz de las lagunas mentales de su padre, éste empieza a revelar secretos que podrían cambiar todo lo que conoce Tom sobre su familia y sobre sí mismo. Unos secretos que podrían ayudar al hijo a perdonar, o al menos, a entender a su padre y que le devolverían la fe y la admiración que sintió por él.

Además del magistral guión, destaca la labor interpretativa que realiza todo el reparto, desde John Simm (Life On Mars) como un hijo atormentado por el pasado y Jim Broadbent que construye un personaje lleno de matices, al que poco a poco, a base de flashbacks y la mirada del propio actor, vamos conociendo.

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