"Si la bisabuela Adoración aún estuviera con nosotras, seguro que no se perdería ningún taller". Lo dice Sara Álvarez, encargada de redes sociales y marketing de Adoraideas, la cooperativa que ella y las mujeres de su familia han puesto en marcha para organizar cursos de manualidades. Seis mujeres de dos generaciones que son hermanas, madres, tías, hijas y sobrinas y que, sobre todo, tienen en común a Adoración, la mujer cuyo recuerdo da nombre a la empresa y que legó a sus descendientes una "inquietud innata por el diseño, las manualidades y la creatividad".

Adoraideas se estrenó hace unos días con dos talleres de jabones y decoración de galletas en La Bañera, el espacio de coworking que comparten con otras empresas en la Plaza del Pelícano. Es sólo el principio, ya que para los próximos meses han diseñado una agenda que incluye ganchillo, decoración de cupcakes, sushiy un largo etcétera de temáticas. Pero los talleres de Adoraideas, explica Dori Romero, madre de Sara y "la encargada de lo que haga falta", no sólo sirven para aprender "sino que es un lugar en el que compartir, hacerse compañía y encontrar nuevas amistades".

En Adoraideas cada una de ellas tiene una misión. Manoli Romero, tía de Sara, "es nuestra gran gurú, la que no deja de aportarnos ideas y nuestra verdadera fuerte de inspiración". Su hija Manuela, de 26 años, es "la profe" -así la llaman todas- y la pequeña, Eugenia, "se atreve con cualquier nueva manualidad porque ha heredado la rama más creativa de la familia".

Cada taller de Adoraideas tiene una duración aproximada de dos horas y media y su precio -en torno a 30 euros- incluye todos los materiales además de un dossier explicativo que los alumnos se llevan a casa. De elaborarlo se encarga Dori, hermana de Sara y especialista en diseño gráfico.

Acaban de echar a andar y ya están preparando la siguiente fase del proyecto, que es llevar sus talleres a otros espacios (tiendas, bares o domicilios particulares). El siguiente paso, poner en marcha una plataforma on line en la que artesanos y aficionados puedan mostrar y vender sus creaciones. "No paramos de idear proyectos porque aunque cada una tengamos nuestra profesión nos divierte, estamos juntas y es lo que hemos aprendido en casa".