Episodios sevillanos del siglo XX

Sevilla y el Guadalquivir (II)

  • ENTREGAS PUBLICADAS: 3, 10, 17, 24 y 31 de octubre; 7, 14, 21 y 28 de noviembre; 5, 12,19 y 26 de diciembre de 2010; 2 de enero de 2011.Al llegar a las inmediaciones de Alcalá del Río, las aguas del Guadalquivir tienen ya la misma altura que las del mar, convirtiendo su último tramo en una ría, sometida al régimen de mareas oceánicas

CONTINUAMOS con el informe publicado por el diario Abc el 9 de mayo de 1981, dirigido entonces por nosotros, un reportaje sobre el Guadalquivir y su puerto, titulado: "Hoy, a setenta y nueve kilómetros. El río: la historia de Sevilla por acercarse al mar", elaborado por su redacción. Un trabajo que casi 30 años después sigue teniendo valores de síntesis, y que reproducimos íntegramente.

"Al llegar a las inmediaciones de Alcalá del Río, las aguas del Guadalquivir tienen ya la misma altura que las del mar, lo que provoca que las aguas marinas penetren en él, convirtiendo su último tramo en una ría, sometida al régimen de mareas y navegable. Sólo durante las grandes avenidas, tras fuertes precipitaciones, se ve correr el agua hacia la desembocadura. La presa construida en 1931 para el salto hidroeléctrico de Alcalá es hoy la barrera que separa el río de la ría. En la antigüedad, esta ría del Guadalquivir era mucho más corta, porque el mar penetraba por lo que hoy son las marismas, llegando hasta el lugar en donde actualmente está el pueblo de Los Palacios. Esa zona, en tiempos de los romanos, era todavía un lago abierto, el Lago Ligustino, que se unía al mar por cuatro bocas, que luego quedaron reducidas a dos. Importantes arrastres cegaron este lago, formando el estuario y alargando el curso del río hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda. El ancho del estuario llega a ser de hasta cuarenta kilómetros en algunas zonas.

La mano del hombre ha modificado ya las características naturales de la marisma. Se buscaban tres objetivos distintos: mejorar las condiciones de desagüe del río, facilitar la navegación y aumentar la productividad de tan extensa superficie, que hasta entrado el siglo XX tenía un valor prácticamente nulo desde el punto de vista de la agricultura y muy escaso desde el de la ganadería.

Estas tierras, que antes sólo estaban habitadas por ganaderos que cuidaban de toros y ovejas y a las que sólo se podía llegar en barca o a caballo, están hoy al alcance de cualquier vehículo de turismo.

Las obras para facilitar la navegación del Guadalquivir han consistido, fundamentalmente, en la supresión de las numerosas curvas que antes existían en la parte alta de la ría, mediante la apertura de cauces artificiales o cortas. Con esto se consiguió acortar la longitud a recorrer por los barcos y se facilitó la navegación al no obligar a las embarcacio­nes a pasar por trayectos en curva, muchas veces cerradas, donde además se sedimentaban los arrastres, con la consiguiente pérdida de calado. Por orden cronológico estas cortas han sido:

+ 1795: La corta Merlina, situada frente a Coria del Río, que, con una longitud de seiscientos metros, evitó un torno de diez kilómetros.

+1816: La corta Fernandina o de Borrego, efectuada aguas arriba de la Isla Menor, que sustituyó, con un trazado de 1.600 metros, el recorrido de dieciséis kilómetros que tenía el cauce natural.

+ 1888: La corta de Los Jerónimos, que con una longitud de seis kilómetros seiscientos metros ahorraba trece kilómetros respecto al cauce primitivo. Las tierras comprendidas entre este cauce y la corta realizada, arrebatadas también a la Isla Menor pasaron a formar parte de lo que se conoce como la Isla Mínima.

+1926: La corta de Tablada, entre Sevilla y la Punta del Verde, tiene una longitud de seis kilómetros y en ella están enclavados los muelles actuales y las instalaciones del puerto. Con esta obra se suprimieron los codos de las Delicias, Tablada y Punta del Verde y se acortó el cauce del río en cuatro kilómetros.

Tras el corte de Chapina, construido años después, esta zona se convirtió en una dársena que quedó fuera del cauce vivo del Guadalquivir. La corta de Tablada tuvo una gran importancia, ya que se crea, un nuevo puerto, con ochocientos metros de longitud, y el puente basculante de Alfonso XIII. Esto hizo que la mayor parte del tráfico marítimo de la capital se organizara en los nuevos muelles, de mejores características, alejándolos así del Paseo Colón y permitiendo el embellecimiento de este lugar".

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