villamanrique de la condesa

Escolares ponen precio al mobiliario urbano para prevenir el vandalismo

  • El Ayuntamiento gasta de media 30.000 euros al año en reponer enseres públicos dañados

Para quien sabe observar, hay síntomas que avisan de que algo no va bien y hay que actuar para evitar un problema incipiente. Pasó hace un par de años en Villamanrique, cuando, según explica la concejal Susana Garrido, se detectó que tras la celebración de Halloween, esa fiesta importada que se populariza en nuestros pueblos y en la que participan sobre todo menores, la localidad amanecía más sucia, con pintadas y daños en el mobiliario y que niños sin problemas aparentes incorporaban como parte de la diversión comportamientos incívicos, como lanzar huevos en fachadas, sin darle más importancia.

Esa preocupación se ha plasmado en un plan, acordado con los directores del colegio y el instituto y las asociaciones de padres a través del consejo escolar, que se lleva a cabo en estos días. Lo más visible es que, desde el lunes, buena parte del mobiliario urbano aparece etiquetado con lo que cuesta comprarlo y colocarlo. Señal de tráfico, 50 euros; papelera, 150; un columpio, 200; farola, 400; una estatua, 3.000 euros... A diferencia de otras iniciativas similares, las fichas han sido elaboradas por alumnos de sexto de Primaria del CEIP San Pedro de Zúñiga, que las han colocado junto a técnicos municipales y profesores. Hoy miércoles, se completará la acción con alumnos de otra clase, con los que antes se ha trabajado en el aula, explicándoles que el hecho de que sean objetos públicos no significa que no se paguen: se hace a través de impuestos que repercuten en sus familias y reponerlos limita que se pueda gastar en mejoras. El Consistorio gasta ya de media unos 30.000 euros al año en reponer enseres inservibles por el vandalismo en calles y plazas.

Los daños tras una fiesta de Halloween alertaron de la falta de conciencia sobre actos incívicos

Tanto a estos niños de Primaria, como a los de primero del IES Nuestra Señora del Rocío, se les ha explicado además que desde 2013 existe una Ordenanza sobre Protección de la Convivencia Ciudadana y Prevención de Actuaciones Antisociales, en la que se sancionan esas conductas y que, si ellos no pueden responder por ser menores, deben hacerlo sus padres a través de sanciones económicas o trabajos para la comunidad.

María José Charro, concejal de Juventud, subraya que esto impactó especialmente a los alumnos del instituto. Una de las sanciones que se han puesto ya en Villamanrique por una infracción grave supuso una multa de 3.000 euros. "Mi padre tendría que trabajar más dos meses, sin gastar en nada más para pagarla", reflexionó un chico en voz alta.

Los alumnos de Secundaria no pondrán etiquetas, pero trabajan en un anuncio que se emitirá en medios de comunicación y redes sociales del Ayuntamiento en el que se dará difusión al contenido de esa ordenanza. El escenario, los actores y el guión serán elegidos por los alumnos, que tendrán que empaparse así del fin que se persigue. También se ha hecho hincapié en la idea de que un pueblo cuidado refleja a la gente que vive en él y, ya que les gusta presumir con los compañeros de otros núcleos que con los que comparten instituto, deben implicarse.

La campaña en contra del vandalismo se completa con dípticos que se repartirán en las casas para que los mayores se impliquen. Si tras el próximo Halloween o después de cualquier otra fiesta, Villamanrique amanece reluciente será mérito de todos.

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