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Joaquín egea. presidente de adepa

"Pasan los años y el tejemaneje en Urbanismo es el mismo"

  • Incansable defensor del patrimonio histórico y presidente de Adepa desde 1997, ha conseguido un importante acuerdo para preservar las Atarazanas

Joaquín Egea, presidente de Adepa, durante la entrevista.

Joaquín Egea, presidente de Adepa, durante la entrevista. / José Ángel GArcía

La organización que preside ha conseguido importantes victorias judiciales para defender el patrimonio de la ciudad, la última la de las Atarazanas. Mientras espera que la Consejería de Cultura lo llame para firmar el acuerdo que desbloqueará la rehabilitación, asegura que dará batalla con el proyecto de la Puerta del León del Alcázar, critica con dureza las actividades previstas para el Año Murillo y muestra una gran preocupación por el caserío de la ciudad.

-¿Qué está peor, la educación o el patrimonio?

-Están relacionados. Cuando un pueblo es culto y la educación forma en algo más que en una manipulación clarísima, se valora el patrimonio. Si la educación es muy pobre, el niño desconoce la historia y los valores naturales y culturales de su entorno. La falta de cultura o esnobismo van contra la protección del patrimonio.

-¿Es Sevilla una ciudad autodestructiva?

-Es moderna. Frente a ciudades alemanas, inglesas o italianas hay un sentimiento de que lo moderno es bueno y que lo antiguo es viejo. Eso hace muy difícil nuestro trabajo. Tenemos que hacer una labor pedagógica para explicar que es mejor recuperar una madera del siglo XVIII que destruirla. Aquí se premia mucho lo nuevo. Como las setas. Yo creo que la mayoría de la población las rechaza desde el punto de vista formal, aunque las utilice. A la gente le gustaban por lo novedoso.

-¿El Ayuntamiento se pone de perfil ante los asuntos patrimoniales?

-Hubo un tiempo en el que fue la punta de lanza de un movimiento que en gran parte se cargó la ciudad. Tuvo que llegar el Tribunal Supremo para parar el PGOU de Monteseirín que iba contra la Ley de Patrimonio y aún así hoy seguimos peleando para parar algunas actuaciones. Yo creo que quien manda en la Gerencia de Urbanismo no son los políticos, son los técnicos, da igual el color del gobierno. Muchas veces hacen todo lo contrario a lo que dice la ley. Ése es el gran problema. Pasan los años y el tejemaneje sigue siendo el mismo. Ahí y en la Comisión de Patrimonio.

-¿Se ha sentido muy solo en la lucha para preservar las Atarazanas?

-Ha habido apoyo de mucha gente y tres posiciones de la cultura sevillana. Una, de apoyo total: como las academias que han estado con nosotros. Hay otro grupo de personas que se han querido mantener al margen. Y hay un tercer grupo que ha estado totalmente en contra de nuestra defensa a ultranza de las Atarazanas pero se han encontrado con el muro de que no nos llevamos ni una gorda. No han encontrado ese punto flaco para darnos.

-¿Cuáles son los actuales caballos de batalla de Adepa?

-El primero es el de las Atarazanas, que ya estamos con la ilusión de firmar. En segundo lugar, el Alcázar. Nos preocupan muchísimo las obras que se quieren hacer en el Patio de la Montería y la falta de obras en el Patio de Banderas, tanto en la cripta como en las casas. Ahí está en buena parte el Alcázar almohade, es absolutamente preocupante. En tercer lugar, nos importa muchísimo el caserío popular. No se está haciendo nada con respecto a la modificación del PGOU. No se ha hecho el pleno dedicado exclusivamente al patrimonio. La ciudad está prácticamente partida en dos. Una que cuenta con planes sectoriales y otra que los tiene modificados por una sentencia del Supremo que impulsó Adepa. Es de locos. Leyes distintas para distintos barrios de la ciudad.

-¿Cree que la celebración del IV centenario de Murillo pasará sin pena ni gloria?

-Es peor. A veces entiendo la ciudad y otras me repatea. Se decide que la Casa de Murillo siga siendo Agencia del Flamenco, cuando todo el mundo había defendido recuperarla como museo y herencia para el futuro. Sevilla es la única ciudad importante de España que no tiene una casa dedicada a un personaje. De esta visión que tiene el Ayuntamiento y de un comisariado que calla, y eso es lo que duele, sacan que las actividades de las Noches del Alcázar son por el Año Murillo. Mire usted, eso es reírse de todo el mundo. No dejen de meter las tunas en la Inmaculada. Meta también el nacimiento del Niño Jesús, que Murillo lo celebró mucho... Y como le gustaban mucho los niños, incluyan la Cabalgata de los Reyes Magos... Es estúpido. Y cualquier comparación de lo que está haciendo este alcalde con lo que hizo el de Toledo con el Greco es absolutamente ridícula. Es mejor echarse a llorar.

-¿Cuál es la mayor barbaridad que se ha hecho en la ciudad?

-Hay muchas. Hay que destacar la Torre Pelli por innecesaria absolutamente y por cambiar por completo el paisaje de la ciudad. La segunda serían las setas por mucho folclorismo novedoso que le echemos. Miro las fotografías del viejo mercado y se podía haber creado una plaza preciosa utilizable para todos los ciudadanos. De obras actuales, el Paseo Marqués de Contadero es una demostración de que nos estamos volviendo locos. Hay un problema grave en las casas palacio. Se están perdiendo las casas grandes. Un ejemplo es la de Conde de Torrejón. No hay buenos estudios sobre ellas. Invito a que alguien inicie una investigación seria sobre estas casas más allá de la Casa de Pilatos, la de los Alba o la de los Pinelo.

-Dígame un buen ejemplo de rehabilitación del patrimonio en Sevilla

-El problema es que cuando nos enfrentamos con las obras del Ayuntamiento o del Estado, sólo hay que acordarse de la comisaría de la Alameda. Son raras las obras que se hacen respetando el patrimonio. Me gustaría destacar las obras que Ignacio Medina ha estado haciendo en sus hoteles en el barrio de San Bartolomé. Sus casas cualquier día pueden volver a ser habitadas por cualquier ciudadano.

-¿Cree que los bienes patrimoniales que están en manos privadas se conservan mejor que los de titularidad pública?

-Es curioso pero es así. Pienso en la casa de los Olea. Allí está el mejor palacio medieval que conserva la ciudad. Si eso hubiera estado en manos públicas... Otros ejemplos son la Casa de Pilatos o las Dueñas, frente a lo que se ha hecho en la casa de Mañara o el Palacio de Altamira, bastante alterados. Estamos preocupados con la Casa de Santa Coloma. Es un palacio magnífico, joya del XVIII, de los más puros y sería una pena su pérdida.

-¿Es el turismo una amenaza para el patrimonio?

-Cuando no se regula, puede serlo. Pero la Catedral ha avanzado muchísimo en su restauración gracias al turismo. Sólo hay que acordarse de cómo estaba hace unos años. El turismo ha generado una riqueza que ha redundado en una recuperación de su conjunto. Algo parecido ha pasado en el Alcázar, que mantiene el Museo de la Cerámica, el Castillo de San Jorge y el Antiquarium. El turismo puede servir para que una ciudad mejore, pero si por un afán de ganar dinero meto en el Alcázar 4.000 turistas en lugar de 750 se acabarán cargando el edificio. Hay que crear nuevas rutas. Tampoco es lógico que el tercer monumento más visitado de España, que es la Plaza de España, esté destrozado. La culpa es de un nefasto gobierno. El problema de los veladores tampoco es culpa de los turistas. La clave es organizarlo bien y hacerlo compatible con la vida del sevillano. El turismo no es el problema, al contrario. Ha sido la solución económica y cultural para esta ciudad muchas veces.

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