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El clientelismo y la política

  • Los ex políticos del PSOE y del PP Pedro Navarro y Antonio Fontán corroboran que los partidos fomentan la falta de pensamiento crítico

Pedro Navarro (ex político socialista), Antonio Fontán (ex político del PP), Pepe Fernández (moderador) y Eliseo Monsalvete (presidente de ISA).

Pedro Navarro (ex político socialista), Antonio Fontán (ex político del PP), Pepe Fernández (moderador) y Eliseo Monsalvete (presidente de ISA). / Víctor Rodríguez

La primera sesión del ciclo dedicado a las causas y consecuencias del estancamiento de la ciudad, organizado por la activa asociación Iniciativa Sevilla Abierta (ISA), abordó el lunes la cuestión de si la política de los partidos consolida o erradica en Sevilla el clientelismo y la autocomplacencia.

Los ponentes fueron Pedro Navarro Imberlón, nacido en Adra (Almería), economista y ex viceconsejero de Cultura de la Junta, que dimitió y abandonó el PSOE para dedicarse a su plaza de profesor en el IES Polígono Sur, ya jubilado. Y Antonio Fontán Meana, abogado en ejercicio y ex concejal de UCD primero y del PP después en el Ayuntamiento hasta que dejó la política.

Navarro dejó el PSOE por la "perversa cultura orgánica" y por su alejamiento social

El moderador fue el periodista Pepe Fernández, ex director regional de Onda Cero y fundador y editor del digital El Confidencial Andaluz, quien recalcó que el clientelismo existe en Andalucía y en España y "la ciudadanía está harta de que todo acabe siempre en las mismas manos".

El presidente de la asociación ISA, el médico Eliseo Monsalvete, dijo que espera que las jornadas sirvan para "conocer las causas que impiden que los sevillanos con nuestro esfuerzo y talento seamos capaces de generar prosperidad y rompamos el maleficio histórico que nos impide compaginar el disfrute de la ciudad con su adecuado progreso y desarrollo". Para Monsalvete la falta de progreso de la ciudad provoca que se esté despoblando y se tengan que marchar los jóvenes talentos, que el Metro no sea acorde a su tamaño, y que otras ciudades españolas hayan conseguido salir del marasmo cuando han apostado por un proyecto claro y bien definido, nacido de la ciudadanía, con un auténtico y decidido apoyo de la administración, y que Sevilla no lo consiga. Y aseguró que su asociación ve con preocupación que "la ciudad evoluciona a un ritmo muy lento, está aletargada y se complace en la espera de los ciclos que marcan las fiestas tradicionales, como si fuera un calendario perpetuo que cambia las fechas en un disco giratorio, y que nos aliviará del presente tan desafortunado que vivimos".

El ex socialista Pedro Navarro remarcó que el problema afecta a la sociedad española. Comenzó leyendo la carta que envió al darse de baja en el PSOE, donde expone que se va del partido por su "decepción política" ante "la perversa cultura orgánica" que ha visto y ante el alejamiento entre la sociedad y el partido. Confía en la regeneración del PSOE pero su primera conclusión es que "la política de los partidos consolida el clientelismo". Y aseguró que ese clientelismo provoca que haya bajos niveles de protesta en la sociedad. "Los niveles de protesta son muy escasos por este clientelismo social. La sociedad en su conjunto ha asumido este modelo, es un modelo generalizado que acepta la mayoría social", dijo.

Navarro dio cinco medidas para acabar con ese clientelismo: abrir los partidos a la sociedad, limitar los mandatos y que no sean vitalicios, listas abiertas para valorar al mejor candidato (en lugar de listas cerradas que deciden los partidos), suprimir los puestos de libre designación en partidos y administraciones y trasladar a la educación en valores el modelo de sociedad que queremos.

El ex concejal del PP Antonio Fontán aclaró que "todos los partidos son imprescindibles en cualquier sistema democrático", aunque censuró cómo funcionan en España por varias razones. Porque "la financiación pública de los partidos refuerza la cúpula nacional de éstos, de quien dependen las personas que lo integran y se pierden iniciativas". Porque sus integrantes no son los mejores y los partidos "intentan cubrir los puestos con personas sin muchas aspiraciones diferentes a ocupar ese puesto". Expuso que en el Ayuntamiento de Sevilla, cuando los partidos han fichado a profesionales con excelente currículum, éstos han sufrido represalias por sus propios compañeros de grupo. La tercera queja es que los partidos aseguran los resultados electorales con dádivas como las de los cursos de formación en Andalucía "para controlar a agrupaciones empresariales y sindicales".

La cuarta crítica de Fontán es que "el reparto de fondos (públicos) para gobierno y oposición se pasa de lo razonable" y "se adormece a la oposición, que a partir de cierto momento empieza a ser cómoda, con una retribución muy superior a la que tenía antes de llegar al cargo y a la que se permite tener una cuota de poder". En este punto relató que determinados despachos de abogados y consultoras tenían cierto respaldo de la Junta. Y denunció el "expolio de dinero público para municipios y militantes". "El sistema político actual no permite que haya iniciativas que beneficien a la comunidad. Las decisiones no se toman aquí; vienen impuestas por la cúpula", lamentó.

El estancamiento de Sevilla procede, según Fontán, de su cultura de sociedad agrícola que reniega de la innovación. Y para Navarro, "de su falta de capacidad crítica y de su falta de modernidad".

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