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Sevilla

Los técnicos creen que lo que faltan son inspecciones

  • Los arquitectos consideran que ya hay una normativa clara y que un control mayor de la Administración evitaría los problemas

Una imagen de archivo de niños en un parque de bolas.

Una imagen de archivo de niños en un parque de bolas.

Los arquitectos Francisco Santiesteban y José Luis Pérez Halcón, del estudio sevillano T10 y que han trabajado en proyectos de grandes parques de este tipo y complejos de ocio, como el parque acuático de Isla Mágica, consideran que la legislación existente sí es suficiente y exhaustiva desde el punto de vista técnico para garantizar la seguridad de las instalaciones infantiles, más allá de que, como en cualquier otro sitio, los menores puedan sufrir alguna lesión de forma accidental. También defienden que son muchos los empresarios que apuestan por esa seguridad al contar para sus proyectos con empresas de arquitectura e ingeniería, pero sí consideran que hay falta de control por parte de la Administración.

"Es lo que hace que por parte de algunos empresarios no se cumpla la legislación" de obligado cumplimiento. "Faltan técnicos que por parte de la Administración vayan a visitar estas instalaciones y que, si se certifica que no cumplen la normativa, se apliquen sanciones", apunta Santiesteban, que cree que estas mismas circunstancias favorecen también el "desconocimiento" de la normativa técnica por parte de algunos empresarios, sobre todo en proyectos pequeños y con poco asesoramiento de expertos.

Desde otro punto de vista, el doctor Alfonso Carmona, del Instituto Hispalense de Pediatría, defiende que los parques en general son un buen elemento para el desarrollo del niño. Aunque lo "ideal" es que los usen al aire libre, considera que este tipo de instalaciones en recintos privados y cerrados pueden ser también una buena opción. No obstante, en ellas los accidentes y lesiones se producen con mucha mayor frecuencia. Sobre todo, según apunta, por la peligrosidad de que niños con distintos pesos y edades se muevan en un mismo recinto cerrado y acotado, no siempre con la presencia de un adulto y sin que se controle el aforo.

Los pediatras creen que, con garantías de seguridad, son una buena alternativa de ocio

En este sentido, recuerda un estudio que se hizo a nivel nacional en el que se concluyó que el 19% de los parques al aire libre tienen elementos que no están en condiciones, por falta de mantenimiento. El pediatra considera que la cifra puede ser más alta aún en instalaciones de acceso público pero de gestión privada que, hasta el momento, no se han sometido a inspecciones y estudios, como apuntan también los arquitectos. "Hay que prevenir, los padres deben notificar por escrito cualquier defecto que detecten dentro del parque", insiste el pediatra, que reclama una regulación con "sentido común".

En cualquier caso, como pediatra insistió que en la actividad de un parque es lo mejor para el desarrollo físico, cognitivo e intelectual del niño y su socialización, para lo que es necesario que se mueva incluso sin sus padres, salvo en el caso de menores de 3 años, que deben estar vigilados permanentemente.

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