Champions League: Sevilla - Liverpool | la previa

Posiblemente, la cita del año

  • El Sevilla apela a una de sus noches mágicas en Nervión para doblegar a un histórico como el Liverpool

  • Ganar asegura matemáticamente el pase a octavos

Es difícil, la verdad, encontrar en la profusa y centenaria historia del Sevilla partidos que se le puedan comparar a lo anunciado para esta noche en la remozada casa de Nervión. Contados con los dedos de una mano. Alguna semifinal de la UEFA o la Europa League en su nueva denominación, y dos o tres visitas contadas en Champions de equipos de fuste mayor como el Manchester City, la Juventus en dos ocasiones o incluso un Arsenal venido a menos la temporada en la que huyó Juande Ramos, que se sentó en el banquillo en Londres y no lo haría en la comparecencia de los gunners en el Sánchez-Pizjuán.

Tener al Liverpool en ese pasillo que da acceso al terreno de juego del coliseo sevillista con la espectacular música de fondo del himno de la Champions, con la literatura que tiene el club inglés, es algo que no sucede todos los días por estos lares. De hecho, nunca jamás visitaron los reds el coliseo nervionense, que se viste de gala para espectáculos como el que van a vivir las 40.000 almas que ocupen sus graderíos en la ya fresquita noche dentro del peculiar y cálido preinvierno hispalense.

Además, confluye en el espectáculo el matiz dramático de lo que se juegan ambos en el envite. Liverpool y Sevilla, separados por un punto y en este orden, comandan el grupo E y de las veces que el balón entre y salga de cada una de las porterías esta noche puede depender el futuro de ambos en la competición. Los de Berizzo tienen una cosa clara, y es que un triunfo significaría estar matemáticamente ya en la siguiente fase, el primer objetivo marcado por el consejo de administración en este segundo capítulo de su participación en la Champions, pues si el primero fue pasar el play off, algo que tuvo su suspense pese a todo con aquella falta a la madera del Basaksehir turco, el segundo es llegar a los octavos de final.

Aún le quedará a los blancos la visita al Maribor en la última jornada con especial atención a lo que hagan hoy los eslovenos ante el Spartak, ya que una derrota rusa le daría al Sevilla una nueva oportunidad en Eslovenia en caso de que, por manos del demonio, se tuerza la noche ante el Liverpool.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía. FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía. / fotos: juan carlos vázquez

Nadie piensa en eso desde luego. En días como hoy la afición sabe olvidar que su equipo practica un fútbol a veces que no le acaba de convencer y el sevillista se sienta en su localidad predispuesto a vivir una de esas noches mágicas del Sánchez-Pizjuán. El equipo lo sabe y se aferra a la fuerza que tiene este estadio para levantar a un equipo. Una prueba fehaciente es la marca que los de Berizzo tienen al alcance de la mano. Tal día como mañana 22 de noviembre se cumplirá un año desde la última derrota del Sevilla en casa, el 1-3 que curiosamente infligió uno de los ilustres visitantes antes mencionados, la Juventus, a la postre finalista y subcampeón de Europa.

El equipo de Jürgen Klopp llega con todo y exhibiendo el físico como arma añadida a la extraordinaria calidad de su plantilla. Porque -y si no se ha dicho no está mal recordarlo- el mérito de este Sevilla reside en competir de igual a igual y de tú a tú con un club que en una comparación convertiría en calderilla cualquier presupuesto que los accionistas aprueben el mes que viene en Los Lebreros.

La velocidad de Salah y Mane, el gran momento de forma de Alberto Moreno, la clase de Coutinho... los peligros del Liverpool acechan en cualquier rincón del campo y la enseñanza del partido de ida en Anfield dice que el Sevilla deberá replegarse con bastante más celeridad, un mal que ante los de Klopp probablemente comenzó a dar la cara para convertirse en un desastre en Moscú y en Valencia.

Berizzo tendrá a su disposición a lo mejorcito de su plantilla. Descansados Kjaer y Banega, incluso Mercado, al que se le juntó una lesión muscular, el argentino podrá recurrir a lo más parecido a lo que puede ser su once de gala. Incluso puede ser que Correa esté también ya para ayudar y por supuesto Sergio Rico volverá a la portería.

La cita es de las que tardan en borrarse -o perduran para siempre- en la retina de aquellos afortunados que acudan a animar a su equipo. Las dudas sobre el juego, sobre las rotaciones de Berizzo, sobre la planificación y sobre todo lo demás quedan aparcadas. Lo primero es lo primero. Llega el Liverpool y están en juego los octavos.

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