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El síndrome de Indiana Jones

  • El equipo de Berizzo (14 fueras de fuego) cae en la trampa de defensa poblada pero a la vez adelantada del Málaga

  • Los centrales no atraen la presión del rival, pero Banega sale al rescate

Muriel pelea el balón ante Rolón, Recio y Miguel Torres

Muriel pelea el balón ante Rolón, Recio y Miguel Torres / Juan Carlos Muñoz

Como en aquella escena en una habitación en la que las paredes avanzan, el Málaga hizo sentirse durante muchos minutos al Sevilla como Indiana Jones intentando escapar de la trampa. El sistema defensivo empleado por Míchel, rácano pero efectivo, estuvo a punto de cantar bingo en su visita al Sánchez-Pizjuán, donde apretó juntando las líneas y adelantando a la defensa a un equipo de Berizzo incapaz de hacer surgir los espacios y que a los 18 minutos de juego ya había caído hasta 7 veces en fuera de juego.

Fue Banega y el paso atrás que dio respecto a la posición que ocupaba un ahogado Franco Vázquez el que hizo que las paredes retrocedieran, que el Málaga se asomara un poquito más al balcón para que el fútbol dejase de ser lo parsimonioso que da de sí cuando el juego exclusivamente se limita al monótono baile de control y pase.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía. FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía.

Defensa

Más allá del paso adelante que dio el Málaga ya con el marcador en contra y que hizo sufrir a David Soria fundamentalmente a balón parado, no era un partido en el que la función de esta línea fuera especialmente exigida, pero sí puede a veces pedírsele a la gente de atrás que contribuya a que los espacios arriba surjan. ¿Cómo? Si en las tareas de entrenamiento hay veces que se limitan los toques y en otras se obliga a tener determinados contactos con el balón antes de pasarlo al compañero no es (o no debería ser) por capricho, aunque algunos entrenadores lo hagan por repetición y sin saber por qué lo hacen. Para atraer a un equipo que se encierra en su campo, obligar a la línea de atrás a dar dos toques o más al balón antes de pasarla acaba propiciando que el rival se anime a presionar. Y si eso se ha trabajado durante la semana, el balón, un vez superada esta línea, tendrá más opciones de salida.

La zaga blanca escupió el balón demasiado rápido facilitando el repliegue de un Málaga que se sintió cómodo defendiendo.

Ataque

El ataque organizado encontró muchas trabas ante una defensa de cinco muy poblada que además exhibía una gran sincronización para dejar a los puntas del Sevilla en fuera de juego (14 en total). El juego al pie, de control, conducción corta y pase otra vez al pie no alteró el guión diseñado por Míchel. Para que los espacios aparezcan ante una defensa replegada es necesario más velocidad en las basculaciones, juego al primer toque o futbolistas que rompan las líneas. El Sevilla sólo lo encontró en Correa, que generó la única ocasión de la primera mitad, en las botas de Muriel. Las características de éste, además, como después se comprobó, son más para jugar al espacio largo y no el corto (ahí Ben Yedder es más efectivo).

Fue la salida de Banega la que alteró lo suficiente el ritmo del encuentro para que el Málaga se desplegara un poco, ya que buscó el balón más atrás que el Mudo, atrayendo así a elementos del rival. Avisaron ambos (Banega y Correa) antes del penalti y el primero protagonizó las acciones que alteraron los registros del Málaga.

Virtudes

La paciencia. Algo que se está demostrando que este equipo tiene.

Talón de aquiles

Muchos minutos de lentitud.

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