No falla. Cada vez que salen estadísticas sobre los pueblos con más renta, Espartinas tiene un lugar destacado por los ingresos laborales de sus vecinos. Pero esa imagen contrasta con la del deterioro y la basura en sus parques y zonas verdes, que los hace inutilizables.

Aunque no es noticia. El problema viene de 2012, cuando la caída de ingresos por urbanismo obligaron al Ayuntamiento a recortar, con un ERE. De unos 50 trabajadores de limpieza y medio ambiente quedaron once. Hasta octubre, sólo había dos barredoras.

No ayudó la inestabilidad del anterior gobierno de Cs, sin un plan de choque efectivo y forzado a pagar deudas. Basura y matojos han ganado terreno. El actual gobierno de Cristina Los Arcos (PSOE) se marcó la limpieza como objetivo y dice que está en ello, con trabajos de "primer impacto (desbroce y limpieza viaria) en todo el municipio".

Basura acumulada en una zona infantil.

Pero los vecinos, que están recibiendo estos días el pago semestral del IBI, vuelven a enervarse y llaman a los periódicos para quejarse por una limpieza insuficiente tras lo acumulado. Un paseo corrobora que uno de los servicios que deberían cubrir sus impuestos está lejos de los mínimos.

El que se ofrece a acompañar en la visita esta vez, el pasado 23 de octubre, es Manuel Romero, un funcionario que lleva seis años en Espartinas y asegura que ha presentado decenas de escritos pidiendo que se actúe en varios puntos. Por más que haya una explicación a este estado, no la entiende. Si no hay cambios será de los que se muden, dice.

La primera parada es una pequeña plaza, en la esquina de las calles Dionisio Ortiz y Camino Mejina. Nadie se sienta en los bancos flanqueados por papeleras dobladas y llenas de basura, que se esparce y lamen las ramas sin concierto de los árboles, como en esos barrios difíciles en los que no quieren entrar los basureros, aunque estamos cerca del Ayuntamiento.

El estado que presentaba una zona de esparcimiento, en la zona centro, el pasado 23 de octubre.

El siguiente punto, junto a una guardería y el instituto, es un pequeño parque infantil. El cuadrilátero del tobogán es un vertedero de restos descoloridos. Los jardines secos son "un peligro" en verano.

Hay varios puntos en similares circunstancias en el recorrido, que sólo frecuentan chavales que quieren esconderse. Algunos tienen carril bici semitapado, como el que hay junto a la urbanización de Novo Parque, o con socavones. Los columpios están rodeados de hierbas, cristales y papeleras rotas. Huele a excrementos. Hay una señal de tráfico tirada y Manuel retira una litrona junto a la acera y una alcantarilla taponada.

"Nadie viene a los parques, los padres llevan a sus hijos a Gines". En la plaza del sector C-12 , también hay columpios: faltan asientos del balancín, las maderas están hundidas y el suelo levantado. En el de Las Alondras, Manuel cambia a veces de la bolsa de la papelera. Uno de los últimos escritos al Consistorio ha sido para pedir la poda de un arbusto con espinas a la altura de los ojos, en esa zona.

Una imagen habitual en los contenedores de basura.

Preguntado por el problema, el gobierno local traslada que está actuando, pero que el trabajo atrasado es mucho y los medios escasos. Adjunta un informe con las zonas en las que se ha intervenido: “Desde el 15 de julio al 15 de agosto: en El Capricho, Alquería de Almanzor, La Teja, Las Viñas, Santa Matilde, Montesillos, Villa Europa”.

Hasta el 15 de septiembre: en “Olivar del Fraile, Cerro Alto, Villas de María Luisa, Jardines de Triana...”.  Asegura que papeleras y reboses de contenedores se recogen dos veces por semana y los equipos de limpieza se han reforzado con tres trabajadores y dos barredoras más.

Contenedores con un cartel, recriminando a los vecinos que dejen la basura en cualquier parte.

Se actuó en parcelas municipales y se está podando, aunque han priorizado zonas con "problemas urgentes". Este otoño va a incidir en la puesta punto de parques y zonas verdes, insiste. Ya se ha “eliminado la maleza” en la urbanización Jardín de Ceret o los Azahares y se estaba actuando en los Gazapos y Paternilla. Se están haciendo obras en el Parque Teso y se ha licitado la rehabilitación y reordenación de los espacios libres del sector C-12, Parque Montemejina, y las medianas, con fondos de la Diputación.

Pero, de momento, la imagen de basura desbordada sigue. Se repite en los contenedores de la calle, casi siempre rodeados de bolsas y enseres. A veces impiden el tránsito por la acera. Seguramente, la frecuencia de recogida es insuficiente.

En uno hay pegado un cartel: “Hola cerd@. Si no cabe: ve al siguiente contenedor o vuelve mañana o ve al punto limpio o no recicles...”, con el teléfono de la Mancomunidad para la recogida gratuita de enseres, podas y muebles. “Compras con mucho esfuerzo una casa, con la ilusión de vivir en un pueblo y tener calidad de vida y te encuentras con esto”, se lamenta el guía, que para rematar el paseo tiene que avisar de que hay un coche con la ventanilla rota por un robo. La Policía Local le advierte que tardará, porque está en otra urgencia.

Otro parque abandonado y destrozado.