La coalición de PP y Vox en Castilla, el peor ejemplo para Juanma Moreno

El Gobierno andaluz supera, una tras otra, cada iniciativa en el Parlamento, pero Abascal deja claro que entrará en todos los ejecutivos autonómicos

El presidente de la Junta se quita la presión de Génova para el adelanto, vuelve a pensar en junio

Moreno y Marín
Moreno y Marín / M. G.

Un nuevo match point salvado. Un consejero del Gobierno andaluz describía de este modo deportivo lo sucedido este miércoles en el Parlamento. Situado entre la espada y la pared, entre la advertencia de Bruselas sobre la ilegalidad de la ampliación de más regadíos en Doñana y la presión de los dirigentes locales del PP de Huelva, Juanma Moreno, el de la revolución verde, se disponía a pasar una mala tarde a causa de sus contradicciones, pero el foco giró a la izquierda, hacia los escaños socialistas, donde sus parlamentarios se abstenían ante esta polémica iniciativa. Al día siguiente, ante la negativa de Vox, el PSOE salvaba el proyecto de ley de Economía Circular. Otra bola que salvaba la legislatura.

No hay ni asomo de bloqueo en la Cámara porque, como explica este consejero, Vox y PSOE quieren marcar en cada votación sus diferencias. Y es así como gana el Gobierno de Moreno, que ha perdido la mayoría de su investidura, pero ha logrado una más amplia, aunque insegura. Sin embargo, lo que este domingo puede pasar en las elecciones de Castilla y León es una sombra que se cierne sobre Moreno. Un resultado que lleve a un Gobierno de coalición entre PP y Vox en Valladolid tendrá un mal reflejo en Andalucía cuando se convoquen las elecciones, casi peor que si el presidente Alfonso Fernández Mañueco pierde ante el PSOE de Luis Tudanca.

Sería casi letal para el líder popular Pablo Casado, un disgusto para Moreno, pero no tanto como que los andaluces de izquierdas visualicen un posible Ejecutivo en la Junta como Macarena Olona de vicepresidenta. Todos los partidos dan por hecho que el reflejo de un Gobierno de derechas duro en Castilla y la participación de Olona movilizará al electorado andaluz de izquierdas.

Mañueco ha cometido los mismos errores que Susana Díaz en 2018. El presidente de la Junta de Castilla y León fingió una ruptura con su socio de Ciudadanos que nadie ha creído y que se achaca, en exclusiva, a un interés nacional, el de Casado. El líder popular necesitaba para su carrera hacia la Moncloa un éxito como el de Madrid, pero sin Isabel Díaz Ayuso, que es su contrincante interno. Intentó que Juanma Moreno hubiera adelantado las elecciones cuando el Parlamento tumbó el Presupuesto, pero dejó pasar antes a Mañueco.

Este artificio electoral, que en Castilla y León es más grave, porque el mandato sólo va a durar un año, se ve complicado por la alta abstención que se espera este domingo. Cuando las autonómicas no coinciden con otras elecciones, la participación suele bajar, pero es que además el sentimiento de apego al autogobierno es muy bajo en esta región. Tanto que una mayoría prefiere el Estado centralista al autonómico.

Y son estos dos factores, la mala excusa del adelanto y el escaso interés, lo que han provocado un giro en los sondeos. Mañueco soñaba con sumar más que los partidos de izquierdas para gobernar en solitario y con el apoyo externo de Vox. Y no sólo corre el riesgo de tener que coaligarse con los de Abascal, sino que el PSOE se le acerca de modo peligroso.

Juanma Moreno adquirió una tez traslúcida cuando en Salamanca, el último fin de semana de enero, mostró a España sus planes. Esto es como un examen al que llegas nervioso, le explicó a Fernández Mañueco en un mitin, "pasa tú, hombre pasa tú", pero "por Dios" obtener un buen resultado que después "me toca a mí". "Un poco de compañerismo", bromeó.

En efecto, a Moreno ya le tenían convencido en Génova de que adelantase las elecciones, incluso se pensó fijarlas para antes de Semana Santa. No sólo es una querencia de Pablo Casado, en Andalucía también hay algunos síntomas de deterioro del Gobierno de Moreno y muchos dirigentes del PP opinaban que era mejor convocar antes de que la tendencia, que aún no es segura, se deteriorase.

Pero fue, entonces, cuando los sondeos comenzaron a irle mal a Fernández Mañueco, que se había pasado casi toda la campaña electoral con el único argumento de que él era un ariete contra Pedro Sánchez. Al final hasta tuvo que tirar de Isabel Díaz Ayuso para intentar salvar los muebles. Ya el pasado miércoles en el Parlamento el presidente de la Junta de Andalucía, Moreno dio cuenta del giro, a espetarle tanto a Vox como a Unidas Podemos que es "pronto". Vuelta al calendario tranquilo, junio u octubre, quizás el último domingo de mayo, Juanma Moreno celebrará el 28 de Febrero como presidente con todas sus funciones.

Las razones por la que el PP no quiere coaligarse con Vox en Andalucía van más allá de la alerta que esto suponga en la izquierda, Juanma Moreno ha gozado de una alianza muy agradable con Ciudadanos, que además es un partido situado en el centro que él busca. Con Vox y Olona tendrían al contrincante dentro de su Ejecutivo. Santiago Abascal ya le ha aclarado al PP que su intención es entrar en todos los gobiernos donde sea necesario, ha desmentido esa tesis aireada por los propios populares de que sus hermanos de la derecha prefieren quedarse fuera hasta que llegue las elecciones generales.

stats