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Andalucía

El PSOE apoyará la ley del Suelo... y lo que haga falta

  • Ninguno de los tres juanes quiere las elecciones, pero el que menos es Espadas

Juan Espadas, con Adriana Lastra y Félix Bolaños en Granada.

Juan Espadas, con Adriana Lastra y Félix Bolaños en Granada. / Antonio L. Juárez

Iba oculto bajo la mascarilla, pero a Juan Espadas se le debió cambiar el gesto cuando escuchó al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, proclamar que el PSOE desea que las elecciones andaluzas se celebren cuanto antes. pronto, para ganar. Bolaños es el hombre tranquilo de Moncloa, el que ha desplazado a ese supuesto gurú de la comunicación política que es Iván Redondo, formado, abogado del Banco de España y coordinador político del Gobierno, pero del PSOE, al menos del PSOE andaluz, sabe poco. O iba de farol, porque ninguno de los tres juanes, ni Espadas ni Marín ni Moreno Bonilla, desean el adelanto electoral, pero quien más le teme es el candidato socialista, porque aún necesita unos meses para hacerse con el partido y aumentar su nivel de conocimiento ante la opinión pública.

Félix Bolaños acompañó el miércoles a Espadas en Granada en un homenaje a García Lorca. "Juan, tenéis en nosotros lo que necesites", que es como indicarle que el Gobierno de España y el presidente, Pedro Sánchez, están a disposición del candidato. Estaba con ellos Adriana Lastra, que seguirá siendo, junto a Santos Cerdán, las dos personas que dirijan el PSOE después del congreso federal de Valencia. Lastra hubiera preferido a Felipe Sicilia de candidato a la Presidencia de la Junta, pero lo retiró cuando se lo pidieron. Fue Santos Cerdán el que habló con las direcciones andaluzas para apoyar a Espadas.

Santos Cerdán es el hombre que se ha quedado al frente del aparato de Ferraz después de la enigmática salida, forzada por supuesto, de José Luis Ábalos. El tándem Lastra-Cerdán conforman el eje del congreso federal, el resto vendrá a rellenar los huecos entre ellos y el secretario general.

Pedro Sánchez tiene previsto multiplicar sus viajes por todo el país cuando comience el nuevo curso político, ha reflexionado en Lanzarote y quiere cerrar el libro de Iván Redondo. Su popularidad es muy baja, y la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid ha dejado a todo el partido desconcertado. 

Ésa es la razón por la que el líder del PP, Pablo Casado, desea que Juanma Moreno adelante las elecciones. Necesita otro éxito como el de Madrid para mantenerse en lo alto de la ola, quiere otra victoria y la de Moreno es tan segura como la de la presidenta madrileña. Génova no oculta que desea estas elecciones, y presiona por tierra, mar y aire, a la vez que ventea los problemas que puede haber en el grupo parlamentario de Ciudadanos para crear un relato de inestabilidad. 

Pero Moreno -ya se ha explicado en estas páginas- sigue el patrón de las legislaturas de José María Aznar. La primera, que fue en minoría, sin cambios de Gobierno y hasta agotar el mandato. La mayoría llegaría después. El presidente de la Junta cuenta con buenos datos electorales, pero prefiere cumplir su palabra y, de camino, terminar de vacunar a la población andaluza y recibir algo de las mieles de Bruselas. La temporada turística en Andalucía, aunque por zonas, ha ido muy bien, y los datos económicos van a ser espléndidos durante los primeros meses de 2022.

A esa diferente visión que Génova tiene de las elecciones andaluzas, así como a la oposición amiga que hace Vox, fue a lo que se refirió Félix Bolaños en Granada. En efecto, las derechas difieren. A Vox le encantaría que fuesen en diciembre o enero, y está haciendo lo posible para provocarlas.

Pero Juanma Moreno cuenta con dos aliados en la izquierda para que no ocurra. Esta misma semana hemos comprobado como Unidas Podemos, nada menos que el ala más izquierdosa del Parlamento, evita que al Gobierno andaluz le echen para atrás el decreto de creación de Trade, la agencia de impulso económico que es fruto de la fusión de otras tres. Tuvo que ser Inmaculada Nieto quien rellenase el hueco que Vox dejó en los apoyos al Gobierno.

Unidas Podemos tampoco desea elecciones anticipadas. Porque no tiene ni candidato, y aún no ha alcanzado un acuerdo con Más Andalucía ni termina de entenderse con Teresa Rodríguez y sus nuevos partidos. A Toni Valero puede terminar cayéndole el cartel porque, aunque desconocido, no sería impopular como el ministro Alberto Garzón. 

El PSOE terminará por apoyar la Ley del Suelo, que debe aprobarse a finales de año. Y ello por dos motivos: porque Juan Espadas necesita tiempo, pero sobre todo porque los alcaldes socialistas quieren una nueva ley que termine con la eternización de los planeamientos urbanísticos. Si es necesario, el PSOE apoyará el nuevo texto, con voto positivo o mediante abstención.  

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