Rivera se empecina en exigir al PSOE el sacrificio de Chaves
El líder de C's dice que el ex presidente de la Junta supone un "lastre" para formar gobierno
La firma de un pacto anticorrupción entre Ciudadanos y el PSOE estuvo muy cerca de concretarse hasta que el líder nacional y tótem de la formación naranja, Albert Rivera, frustró el pasado martes los últimos retales de la negociación. Lo único que hizo Rivera fue recordar una de las exigencias originales de C's para la negociación: la dimisión de los ex presidentes de la Junta imputados por el caso de los ERE. "Imaginen qué foto y la primera pregunta: por qué Chaves no está incluido en el pacto si está imputado?", se preguntó ayer Rivera en una rueda de prensa en el hotel-santuario de Ciudadanos en la capital hispalense, el que ha reservado tres veces desde que Susana Díaz anunció elecciones.
A José Antonio Griñán se le da por amortizado, porque la elección de nuevos senadores se producirá en semanas y por su actitud, ya que le tuvieron que frenar para que no dimitiera de inmediato. Pero el caso de Chaves es distinto, también para el PSOE. El ex presidente anunció que no se volvería a presentar, pero casi de seguido se revolvió para denunciar el "chantaje" de Podemos y Ciudadanos.
La dirección andaluza de Ciudadanos, que encabeza Juan Marín, pasó por alto el comentario y continuó la negociación con el PSOE hasta el punto de casi anunciar la abstención en la segunda votación (la de ayer), pero entonces intervino Rivera, al que ayer preguntaron tres veces por si "teledirige" el partido desde Barcelona. Pese a que Rivera lo negó, las explicaciones no resultaron convincentes. Rivera culpó al PSOE de cambiar de opinión "en un cuarto de hora" al excluir a Chaves, un "lastre que por mantener su aforamiento" impide "zarpar" al nuevo Gobierno.
"En un momento dado dice que en ese pacto no se puede hablar de Chaves", expuso Rivera. El mismo argumento refrendó Marín, que dijo haberse enterado por "un teletipo" de que el PSOE no aceptaba la inclusión de Chaves, lo que le confirmó el secretario de Organización socialista, Juan Cornejo.
Marín, afín a Rivera pero sin caer en la devoción (en Ciudadanos muchos llevan corbatas naranja y llevan abotonada la chaqueta con un único botón como su líder nacional) tuvo problemas para explicar cómo se hilaron los acontecimientos, que desencadenaron en la "sorpresa" de que los socialistas dijeran que no firmaban el pacto exigido por Ciudadanos para abstenerse en la investidura. "Suponemos que es porque no estaban dispuestos a cumplir con lo que iban a firmar", señaló Marín, incapaz de hacer sangre.
Así las cosas, la vía Ciudadanos para la investidura de Díaz sigue bloqueada. A Rivera no le preocuparon otras elecciones andaluzas: "Seríamos los más interesados a tenor de las encuestas", dijo, aunque a continuación matizó que desean que se forme gobierno, "pero sin dar un cheque en blanco".
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