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Andalucía

Vuelta a la antigua Al-Ándalus con una ruta de fin de semana

  • De Córdoba a Granada transcurre la Ruta del Califato, un itinerario lleno de historia que unía la antigua capital omeya con la sede del último reinado musulmán

El ritmo de vida dificulta que podamos emular a Magallanes en un fin de semana y cruzar lo que antes de llamaban los Mares del Sur (los océanos Atlántico y el Pacífico), pero sólo en un par de días y sin movernos de Andalucía, podemos viajar a la época árabe, el momento de máximo apogeo político, cultural y comercial de Al-Ándalus, recorriendo la ruta del Califato.

“Se llama así porque es un itinerario que fue muy utilizado durante la época de esplendor árabe en Andalucía que unía Córdoba, la antigua capital del califato, con Granada, sede del último reinado musulmán de los nazarí y se caracteriza por las fortificaciones típicas de la época”, explica Carmen Checa, responsable de la ruta del Califato de la Fundación Legado Andalusí.

 

La ruta discurre por una bella y fértil campiña y une numerosos pueblos con un amplio patrimonio monumental, artístico y paisajístico que fueron testigos de la relación en paz y en conflicto entre los reinos musulmanes y cristianos.

 

Engarza alcazabas, castillos, fortalezas en parte árabes y en parte cristianas asomadas desde las cimas de las montañas. 

En este entorno encontramos fuertes y agrestes pendientes junto con praderas y riberas donde realizar tranquilas excursiones siguiendo antiguos senderos.

Carmen Checa traza para este periódico una ruta por los lugares más representativos de la cultura hispano musulmana en Andalucía. “Sería interesante centrarse en tres municipios que están cercanos y a su vez son diferentes entre sí como para poder pasar un fin de semana sin prisas, pero con mucho que ver”. Se trata de Zuheros, Priego de Córdoba y Alcalá la Real”, camino que une las capitales del Al-Andalus califal y nazarí (Córdoba y Granada) que recorrieron mercaderes venidos de todo el mundo conocido que abastecían y comerciaban con estos importantes núcleos de población; fue también el camino del saber, de las ciencias y de las artes durante la Edad Media en la Península Ibérica.

 

Al salir de Córdoba y pasada la población de Baena, se van acentuando en el territorio los primeros peñascos. Es la comarca de la Subbética cordobesa que, después de un breve desvío en la N-432, lleva al primero de los destinos recomendados, Zuheros, “uno de los pueblos más pintorescos de Andalucía, colgado en un peñasco bravío a las puertas del parque natural en que se han convertido estas sierras”.

 

Basta echar una ojeada al museo local para comprobar la temprana población de la zona, la cueva de los Murciélagos estuvo habitada desde el paleolítico medio y allí proliferan yacimientos con restos ibéricos y romanos. 

 

Como las demás poblaciones de esta banda morisca por donde corría la frontera con el reino de Granada, se convirtió en una típica villa-fortaleza, marcada por la huella de su pasado andalusí. 

 

La siguiente parada podría ser Priego de Córdoba. “En este tramo, la variedad y viveza del paisaje se acentúa al internarse por los valles y laderas de las Sierras Subbéticas. El camino asciende, cruzando puertos y vertientes hasta una fértil planicie a los pies de Priego respaldada por un circo de montañas”, describe Checa. 

 

Al estar ubicada en un enclave idóneo, se han encontrado numerosos restos prehistóricos ibéricos y romanos. 

 

En el siglo XVIII experimentó una fase de bonanza gracias a la expansión de su industria textil, riqueza que le permitió revestirse de un asombroso y extraordinario manto de arte barroco.

 

Parte del sector contiguo al castillo corresponde al recinto de la villa medieval, cuyo trazado sinuoso e intimista persiste en plazuelas y calles angostas , basta levantar los brazos para tocar ambos lados de una calle, los muros de cal y pavimentos empedrados, placitas recoletas con tiestos y flores que dan al mirador del Adarve, el paseo que bordea el escarpe donde termina el casco viejo de Priego. 

 

Para completar un viaje que bien se puede alargar tanto tiempo como del que se disponga, la responsable de la Ruta del Califato recomienda parar en Alcalá La Real, “una populosa ciudad y su fortaleza son la llave del histórico camino entre Córdoba y Granada: ocupan una estratégica colina en medio del pasillo natural que conecta ambas provincias a través de tierras de Jaén entre las montañas del Sistema Bético”.

 

En Alcalá La Real se puede visitar el conjunto de la fortaleza de la Mota, a la que se accede por una empinada cuesta a través de tres puertas: la de las Lanzas, de estilo renacentista de finales del XVI, la monumental torre-puerta de la Imagen, llamada así porque albergaba una efigie de Santa María, y la del Peso de la Harina, desde la que se localizaban los edificios y espacios más significativos de la ciudad cuyos restos arqueológicos pueden apreciarse en torno a la Iglesia Mayor Abacial. 

 

A su lado se ven los elegantes fragmentos renacentistas de las antiguas Casas de Cabildo, la Plaza Alta, centro de la villa vieja y la torre semiderruida de la Cárcel, que permite ver las bóvedas de sus cámaras, un fin de ruta perfecto en lo más alto del monumento desde donde se divisa Sierra Nevada al fondo.

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