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Andalucía

Dos años en el infierno

  • La granadina Ángela Martínez, enferma y postrada en la cama, está encarcelada en Venezuela

La granadina Ángela Martínez Maya, de 34 años, lleva dos encarcelada en el penal para mujeres de Teques Inof de Venezuela por tráfico de drogas, concretamente cocaína líquida. La sustancia estupefaciente fue localizada en su equipaje cuando regresaba junto a su novio a España después de unas vacaciones en el país sudamericano. Su pareja entonces, de nacionalidad venezolana, confesó ante el tribunal que les juzgó que introdujo la cocaína líquida oculta en botellas de vino en el equipaje de su novia española sin que ella lo supiera. Él fue absuelto, ella, condenada a cumplir ocho años de prisión, según la sentencia dictada el 1 de julio de 2011.

Después de dos años en el infierno de la cárcel de Teques Inof, el cuerpo de Ángela no aguanta más. Su abogada en Granada, Pilar Calvo, relata que la joven tiene medio cuerpo paralizado, vive postrada en la cama y, además, de forma sistemática le es denegada la visita de sus familiares.

Sus padres únicamente pueden comunicarse con ella gracias a un teléfono móvil que ella ha conseguido ocultar hasta el momento y que -mientras consiga mantenerlo oculto- es su único vínculo con el exterior. Así, a través de la aplicación de mensajería Whatsapp, Ángela es capaz de mantener un mínimo hilo de contacto con sus padres, a los que mantiene informados sobre su estado de salud y, sobre todo, solicita ayuda. "Lo único que piden ellos es poder verla aunque sea cinco minutos", explica la abogada, que también exige que la granadina encarcelada tenga una "mínima atención" sanitaria.

Calvo asegura que la familia ya se ha puesto en contacto con la ONG Amnistía Internacional para intentar avanzar en el propósito de traer de vuelta a Ángela, para que cumpla en una cárcel española lo que le queda de condena. No será fácil, ya que no hay convenio de extradición con el país venezolano y, además, las relaciones diplomáticas han sufrido en los últimos años notables altibajos que dificultan las gestiones.

La única salida que queda es alegar razones humanitarias para su futura extradición, para lo que ya han iniciado los trámites con el Ministerio de Exteriores.

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