Elecciones Andalucía

Pedro Sánchez reivindica sus logros económicos: 20, 50 y 1.000

  • El presidente del Gobierno esgrime en Cuevas de Almanzora unos éxitos que la derecha intenta tapar con lo que él llama una estrategia de crispación, pero el problema es políticos, son sus aliados

Pedro Sánchez, este domingo en Cuevas de Almanzora.

Pedro Sánchez, este domingo en Cuevas de Almanzora. / Barba/EFE

Pedro Sánchez ha vuelto a Andalucía a participar en la campaña del socialista Juan Espadas. Y lo ha hecho en un mitin en Cuevas de Almanzora donde ha reivindicado los logros económicos del Gobierno. Hay toda una campaña en marcha, en su opinión, para ocultarlos. España padece una inflación alta, que aún no llega al 9% aunque los agoreros se empeñan en subrayar que es de "dos dígitos", pero los datos de empleo son buenos. Hay más de 20 millones de afiliados a la Seguridad Social, que era la cifra suficiente que buscó Mariano Rajoy durante la Gran Recesión; el 50% de los contratos son indefinidos, y el salario mínimo es de 1.000 euros. En mayo se crearon 100.000 empleos. Le llama el 20,50, 1.000.

Como los datos son buenos, ahora según Sánchez,  el PP se empeña en acusar al Gobierno de falsear los datos. Lo que ha aportado Sánchez a Espadas en Almería, provincia a la que el presidente está más ligado, es una piña de argumentos para dar algo más de fuerza a su campaña electoral. Es cierto que hay toda una corriente de opinión pública que sostiene que la economía española va, realmente, mal, que todo apunta a un escenario trágico como el que Zapatero le dejó a Rajoy, pero los datos no muestran ese. Son tiempos de incertidumbres, pero la economía española no está en recesión, sino que crece a un ritmo menor que el esperado, antes de la invasión de Ucrania, pero bueno.

"Cuando están en el Gobierno, corrupción; cuando están en la oposición, crispación", ha resumido Sánchez.

No se puede reclamar un cordón sanitario para expulsar a Vox y pactar con Bildu, que son herederos de la rama política de la extinta ETA

El PSOE ya ha cambiado el lema de su campaña, el anterior, Andalucía quiere más, abundaba en el problema de falta de alternativa en la comunidad, algo así como que 37 años han sido pocos y se necesitan más. El nuevo lema, oficioso, pero generalizado ya en la cartelería, es Si votamos, ganamos, que apela a una mayoría preexistente socialistas que daría un vuelco a los sondeos si participase.

Pero el problema de Pedro Sánchez en Andalucía no son los datos económicos, es cierto que hay una llorería que intenta un panorama infernal. No, el gran deterioro de las siglas socialistas se debe a los aliados del Gobierno central. El Ejecutivo acaba de pactar una subida de las pensiones no contributivas en EH Bildu, eso s gasolina para la oposición más allá de las fronteras del País Vasco.

Los socialistas acaban de registrar una iniciativa en el Congreso para que los partidos, sobre todo el PP, se retraten sobre posibles pactos con Vox. Pero es erróneo tratar de establecer cordones democráticos para expulsar al Vox mientras se pacta con Bildu, que es el heredero de la rama política de la extinta ETA. Cientos de guardias y policías andaluces fueron asesinados por ETA.Y concejales, empresarios y fiscales. El simple acuerdo con Otegi asquea a buena parte de la población andaluza.

ERC no ha practicado la violencia política, pero los independentistas catalanes provocan mayor rechazo que Vox en muchas ciudades y pueblos del sur, esto es lo que no termina de comprender Sánchez. Y no sólo en la derecha, hay una izquierda que se siente traicionada por los partidos nacionalistas, a quienes se les lleva mimando desde la Transición. 2017 fue un nunca más, de aquello nació Vox, pero eso sólo fue una de las expresiones del malestar.

Y más allá de sus aliados parlamentarios, están los socios de Gobierno. La parte podemita lleva empeñada varios meses en abrir una crisis cada semana: por Pegasus, por la prostitución o por la OTAN. Sánchez tiene razón, España ha vacunado al 93% de la población, la crisis no ha sido insolidaria como la de 2008, se crea empleo, pero sus compañeros de viaje le queman a él y a Juan Espadas.

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