"Qué 'faltica' nos hacía una noche como esta" celebran en el PSOE

Los socialistas consiguen unos resultados que suponen un respaldo a la línea de la Ejecutiva Provincial y entierra los posibles intentos de involución. Sánchez Teruel dice que "el efecto Arenas ha sido devastador".

Óscar Lezameta / Almería

26 de marzo 2012 - 08:58

FUE la derrota más dulce que jamás se soñó en la sede socialista de la capital. Nadie diría que habían perdido las elecciones. De hecho, nadie lo dijo. Abrazos, risas y muchas lágrimas incluso entre aquellos políticos más curtidos ponían el escenario a una noche especial, la primera de muchas convocatorias en las que en la avenida Pablo Iglesias, había algo que celebrar. Habían tumbado a las encuestas y habían conseguido que los populares sufrieran su primera derrota en muchas elecciones. Eso y los resultados de otras provincias en los que les confirmaron la posibilidad de seguir en el Gobierno de la Junta junto con IU, pusieron el ambiente propicio para una celebración en la que pocos, muy pocos creían hace unos días.

"Estamos a 400 votos del quinto diputado por Almería". Fueron las primeras palabras de un José Luis Sánchez Teruel eufórico y emocionado al mismo tiempo. "El PP ha ganado las elecciones, pero la sociedad andaluza ha dejado muy claro que quiere políticas de izquierdas, porque hay un modelo diferente de hacer las cosas y ese es el modelo de Pepe Griñán".

Con más que la sensación de ser el verdadero triunfador de las elecciones, Sánchez Teruel lamentó la "menor participación de los almerienses", aunque el PSOE "ha recuperado una buena parte del voto perdido en las elecciones del 20-N y el PP ha perdido más de 40.000 votos en Almería".

Para el secretario general de los socialistas almerienses, "el efecto Arenas ha sido demoledor para Almería, ya que los almerienses han demostrado que no confían en él, que no conoce la provincia y, sobre todo, que no tiene proyecto alguno para Almería"

A su juicio, "hay una lectura muy clara y es que los andaluces no queremos la política de la derecha, que se pueden hacer las cosas mucho mejor de lo que se han hecho hasta ahora y que ahora hay que volver a ilusionar a la gente y a tantos votantes que nos han otorgado su confianza, tanto en la capital, como en toda la provincia y sobre todo a este pedazo de partido, construido con tanto esfuerzo de mucha gente. Vamos por el camino seguro".

Los aplausos se convirtieron en abrazos y en emoción escasamente contenida. Incluso entre aquellos enfrentados con anterioridad por cuestiones internas del partido, la felicidad era absoluta. Es esa precisamente una segunda y no menos importante lectura del resultado conseguido por el PSOE en la provincia; la tranquilidad que a nivel interno tendrá la nueva dirección de la Ejecutiva Provincial cuando aún no se ha cumplido ni un año desde que llegara a la misma.

Quienes esperaban agazapados una derrota sin paliativos para esperar una nueva oportunidad para recuperar el poder perdido, deberán esperar una mejor oportunidad. El liderazgo de Sánchez Teruel ha quedado más que reforzado y lo que se vio en la sede socialista, fue el mejor reflejo posible de ello.

La noche, si no larga en el tiempo ya que pocos minutos después de las 23:00 horas el recuento ofrecía un respiro anhelado por todos, fue intensa en emociones. "Llegamos al descanso con ventaja", reconocía uno de sus responsables cuando con el 57% de voto escrutado, los escaños socialistas eran más que los populares. "No pensaba que íbamos a llegar hasta aquí con estos resultados", reconocía con los ojos pegados a una pantalla de televisión que, hasta ese momento, sólo ofrecía buenas noticias.

Hasta que no se llegó al 72% no se sufrió el primer vuelco, con unos resultados que se mantendrían prácticamente invariables a lo largo de lo que quedaba de noche. El 85%, el 88%, el 92%, no hacían nada más que confirmar una derrota con sabor a victoria. Seguirían en la Junta con el apoyo de IU. La "satisfacción" era completa. Los socialistas almerienses necesitaban una noche así, unos resultados que respaldaran el trabajo de sus nuevos dirigentes.

Juan Carlos Pérez Navas, uno de los más activos de los cocineros de la campaña electoral, pegado al teléfono confiaba en los últimos restos para conseguir el quinto diputado: "serán los residentes en el extranjero los decisivos para conseguirlo".

Los primeros en llegar, Joaquín Jiménez y Francisco Contreras, enfrentado a la dirección provincial el primero y más afín el segundo. Francisco Maldonado exdelegado de Educación; Andrés Heras, exsubdelegado del Gobierno; el decano del Colegio de Economistas, Francisco Giménez; la delegada de Medio Ambiente, Sonia Rodríguez; la presidenta de la Autoridad Portuaria que ejerció como interventora, antecedieron a la diputada Consuelo Rumí, su compañero en el hemiciclo, Luis López y los candidatos Adela Segura y Fuensanta Coves, se unían a un José Pérez expectante por si obtiene definitivamente su acta cuando se recuenten los votos del exterior.

Una Internacional puso la banda sonora a una noche que pocos olvidarán. "Ha comenzado la remontada" sugería más de uno; "no pasarán" espetó el delegado de Salud, Manuel Lucas, por el teléfono. La expresidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, no se cansaba de repartir abrazos a quienes se le acercaron.

Nadie esperaba ese resultado, aunque Adela Segura "lo sospechaba en los últimos dos días". El resto no pudo ocultar su sorpresa y la noche se presumía más que larga. Habían derrotado al candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía, a las encuestas y a sus propios miedos de perder estrepitosamente algo más que unas elecciones. Al menos, consiguieron un excelente resultado que les permitirá llegar intactos al Congreso de junio. Esa es su principal victoria.

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