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El encuentro después de dos años

Bretón y el comisario vuelven a verse tras los registros en Las Quemadillas

G. N. J.

26 de junio 2013 - 01:00

José Bretón y Serafín Castro volvieron ayer a verse las caras. Su último encuentro tuvo lugar hace ya casi dos años, cuando uno se encontraba detenido por la desaparición de sus hijos y el otro dirigía la búsqueda de los menores centrando todas las pesquisas en la finca de los abuelos paternos situada en Las Quemadillas.

El encuentro tuvo lugar en la sala de vistas donde se juzga a José Bretón por el supuesto asesinato de sus dos hijos. El comisario del caso, que ya se encuentra jubilado, entró con paso decidido sin mirar en ningún momento cara a cara al acusado, con el que hace casi dos años mantuvo más de una conversación. El que fuese jefe de la UDEV tenía las ideas muy claras y así lo reflejó en todo momento ante el presidente de la sala y ante el Jurado Popular. Ni la inquisitiva mirada de José Bretón, que un día más se mostró erático, ni las preguntas de su letrado, José María Sánchez de Puerta, centradas en los "posibles" errores policiales, le hicieron venirse abajo. Castro dejó claro que para él, tomando como base todos los indicios existentes hasta el día de hoy, los niños están muertos, llegando incluso a pronunciar la palabra "quemados". Y es que para él que no se haya podido practicar la prueba del ADN, esa con la que tanta fuerza se aferra la defensa de Bretón, no es clave, puesto que existen "deducciones lógicas" que demuestran que los "huesecillos" hallados en la hoguera son de los pequeños Ruth y José.

Esta afirmación tampoco consiguió que José Bretón mostrase en su rostro un leve gesto de desaprobación o de emoción. Un día más no hubo ni una sola palabra de las declaraciones que le hicieran cambiar su rictus, a pesar de que a lo que se enfrenta es nada más y nada menos que a 40 años de cárcel. Quizás por la mente del acusado se sucedieron los episodios que Serafín Castro se encontraba relatando, como el día que invitó a todos los agentes a comer en la finca. O quizás el momento en el que le dijo al comisario "hay que ver la que estás liando", para también decirle que no le podía decir dónde se encontraban sus hijos. También pudo pasar por su cabeza el momento en el que, según su declaración , el jefe de la UDEV le propuso que si confesaba la localización de los menores pondría a su disposición un avión para salir del país.

Este episodio, sin embargo, tal y como declaró Castro, nunca existió. Pero lo que está claro es que sí ha tenido lugar en la mente de José Bretón. Un lugar en el que muchos de los policías que ayer prestaron declaración y el propio Serafín Castro hubiesen deseado acceder, aunque sólo fuese durante unos segundos. En la mente del acusado, que nunca se ha visto superado por los acontecimiento ni por la presión, es donde reside qué es lo que pasó aquel fatídico 8 de octubre de 2011 en el que los pequeños José y Ruth desaparecieron. José Bretón es quien mejor sabe la verdad de todo y que todos pretenden encontrar.

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