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Montar el Belén es una de las tradiciones con más arraigo pero que al mismo tiempo parece estar perdiendo posiciones dentro de la decoración de las casas en Navidad. Para aquellos que aún lo hacen, o piensan volver a recuperarlo, van estos consejos sobre cómo montar el Belén perfecto.
En una sociedad hiperactiva, un belén nos obliga a recordar que hay cosas que nos exigen una dedicación y una continuidad y un orden.
Es el conjunto fundamental y el que sin duda hay que destacar. Elevarlo sobre el resto de las piezas le da el lugar y la posición que merece en la composición.
Un belén representa el mundo tal como fue durante una gran parte de la historia de la humanidad, al menos hasta que empezó el siglo XX, que cambió por completo la fisonomía de la vida rural.
Por cuestiones de seguridad, esta parte del montaje requiere una especial atención y cuidado a la hora de colocar las lamparitas que le darán ese toque especial a nuestro belén.
Hoy por hoy, si queremos hacer algo realmente subversivo o trasgresor, no hay nada más desobediente e indócil que colocar unos cuantos pastores de barro frente a un establo donde hay un niño en un pesebre.
A menudo con la incorporación de nuevas piezas se nos olvida el tamaño de las figuras respecto unas de otras causando errores de composición que afean el conjunto.
Por lo general se suele colocar el 8 de diciembre, coincidiendo con la fiesta de la Inmaculada. Algunos ponen al Niño Jesús al mismo el mismo día 24, coincidiendo con su nacimiento.
El tiempo para desmontarlo se ha acortado con el paso de los años, desde aquellos que esperaban a la Candelaria (en febrero) hasta los que lo hacen en la tarde del Día de Reyes o en el primer fin de semana posterior a esa fecha.
Para gustos, los colores, pero hay que admitir un establo permite mayor visibilidad a las piezas que se coloquen en su interior.
Utiliza materiales sencillos de manejar, aunque no los hayas usado antes. Para las montañas, espuma de poliuretano, para la construcción de la casa, poliestireno extruido y el agua del río con vidrio filtrante de piscinas.
Un belén muestra un paisaje que puede ser del siglo I o del siglo XIX, y que aún sigue siendo del siglo XXI en muchos lugares del mundo.
Sobre la disposición no hay nada escrito, aunque la mayoría apuesta por colocar a La Virgen a la izquierda del nacimiento mirando al niño y San José a la derecha.
Tiene cabida, claro que sí, pero siempre recordando que la distribución de los edificios será otro de los puntos clave del montaje, hay que cuidar siempre las proporciones.
Depende del 'sufrimiento' que puedan tener las piezas deberán colocarse las más delicadas alejadas de los bordes y de las manos de los más pequeños que siempre harán por cogerlas.
Para lograrlo, prueba a pegarlo a un trozo de alambre y clavarlo sobre el tejado del portal.
A los más pequeños hay que intentar explicarles que no todo vale, pero, como como es algo para compartir en familia, tampoco está mal dejarles un poco de libertad.
Para crear el pueblo puedes elevar el castillo de Herodes y debajo poner casitas más pequeñas.
Son mercados que merece la pena recorrer no sólo por completar nuestros belenes sino por contemplar la maestría de las piezas así como respirar el ambiente navideño que se da en ellos.
El belén debe estar en una buena ubicación, cerca de donde celebres la Navidad y pueda ser admirado, aunque si es de los gigantes, quizá necesite su propia habitación.
Dibuja cómo quieres que sea el belén y no olvides escoger las figuras según las dimensiones del misterio, para que todo esté proporcionado.
Otra de las tradiciones es ir acercando los Reyes Magos hacia el portal hasta el día de reyes en el que se pueden sustituir las figuras con los camellos por otras en posición de adoración frente al portal.
Los belenes están hechos para ser disfrutados con la familia y los amigos. Hay que enseñarlos y compartirlos con toda la gente que se pueda.
Un sinfín de belenes están esperando para recobrar la vida y la magia propia de la Navidad. Aquí va la ruta por los belenes de Sevilla y su provincia
Para lo más pequeños de la casa visitar los nacimientos es una actividad que pueden realizar acompañado de sus padres y también de amigos y para los montadores, una buena manera de aprender de los expertos.
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