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Andalucía

El pedrismo y el PSOE más tradicional forjan su alianza

  • La nueva presidenta de la Diputación de Huelva, elegida en contra de los susanistas, ejemplifica cómo surge un nuevo poder en el partido

Susana Díaz e Ignacio Caraballo, durante una campaña electoral.

Susana Díaz e Ignacio Caraballo, durante una campaña electoral. / EFE

Susana Díaz ha perdido la batalla de Huelva, la primera, donde se ha comprobado cómo se está forjando la nueva mayoría del PSOE andaluz, que constará de una alianza entre los pedristas de primera hornada, los camisas viejas de la rebeldía, con parte de lo más tradicional del socialismo local. Son pedristas y antisusanistas, dirigentes que estuvieron con la ex presidenta de la Junta hasta poco después de que ésta perdiese el Gobierno andaluz. La nueva presidenta de la Diputación de Huelva es Maru Limón, alcaldesa de San Bartolomé de la Torre, y hasta ayer número dos de la institución provincial.

El poder lamedusiano del socialismo onubense es Ignacio Caraballo, quien ha sido presidente de su Diputación y secretario provincial del PSOE de Huelva hasta hace unas semanas ha mandado hasta su final. Huelva era Caraballo. Hacía y deshacía, fue de Susana Díaz cuando ésta gobernaba, pero pactó con Pedro Sánchez la lista de las elecciones al Congreso porque son de los que saben qué es un secretario general del partido. Caraballo, muy tocado por un caso judicial de compra de voluntades en el Ayuntamiento de Aljaraque, fue denunciado por acoso por una ex militante, lo que precipitó una salida que hace tiempo llevaba planeando. El PSOE de Huelva ha sido él y Mario Jiménez, el ex portavoz parlamentario que rompió con Susana Díaz por amplias divergencias después de perder la Junta. Y, en parte, lo seguirán siendo.

Cuando Caraballo dimitió, Ferraz propuso a María Luisa Faneca como presidenta de la gestora que se ha hecho cargo del partido. Faneca es puro pedrismo, una de las pocas que apoyó a Sánchez en Andalucía desde el principio, esos tiempos en los que una estancia de unos pocos días de Pedro en la costa de Huelva valieron para que María Luisa fuese fulminada de todo tipo de listas. Faneca fue la única andaluza de la primera Ejecutiva federal de Sánchez que no dimitió cuando la mitad se marchó para forzar la salida del secretario general en 2006, en aquellos dos días en los que se tuvo que cortar al tráfico la calle Ferraz.

Nombrar a Faneca presidenta de la gestora es una declaración de Ferraz a todo el PSOE andaluz, una parte del cual está esperando a abrir las hostilidades contra el susanismo tan pronto como sean aprobados los Presupuestos Generales del Estado. Pero Susana Díaz no está enfrentada, ahora, a Sánchez, de modo que la ex presidenta pudo reconducir el nombramiento de Faneca. Ambas direcciones hablaron mucho esos días, y como solución aristotélica se buscó a la madrileña Isaura Leal para presidir la gestora. Bien, la presidía, pero Faneca iba a ser la coordinadora general y vicepresidenta; es decir, la líder. 

Faneca no podrá convocar el congreso provincial de Huelva para elegir al secretario provincial del partido hasta el próximo año, pasarán tantos meses que, posiblemente, se deje para cuando se produzca el federal, pero antes había que resolver algo: la presidencia de la Diputación.

Y es ahí cuando entra en juego el poder lampedusiano. Los pedristas primigenios eran pocos: María Luisa Faneca; Quico Toscano, en Dos Hermanas; José María y Rafael Román, en Cádiz; Alfonso Gómez de Celis, en Sevilla, y no más. Pero la balanza ha comenzado a moverse. Uno de los primeros en hacerlo fue Caraballo en Huelva, y ahora recoge parte de ese fruto: la nueva presidenta de la Diputación es la persona que él esperaba. Jaén, que es lo más tradicional que hay en el PSOE, también se ha movido, no está contra Susana Díaz, pero estará en el relevo cuando llegue. Y éstas son las dos provincias donde el partido obtiene sus mejores resultados.

El PSOE cambió en el último congreso federal el modo de elección de sus candidatos a presidentes de las diputaciones, de modo que es ahora el comité federal de listas de Ferraz el que dispone. Y así ha sido en esta ocasión. Señaló a Limón en contra de muchos alcaldes de la provincia y de Juventudes Socialistas, una oposición que ha hecho público su malestar en estos días. En armonía con ellos, Susana Díaz declaraba en RNE que se tuviera en cuenta la opinión de los alcaldes onubenses en la elección de a presidenta de la Diputación.

Durante estos meses de tregua, Susana Díaz ha sido la baronesa más leal con Pedro Sánchez. Díaz y el valenciano Ximo Puig, pero ya el jueves la ex presidentas soltaba amarra con el Gobierno de Pedro Sánchez al declarar en Córdoba que ella no tiene nada que ver con Bildu. Se sumaba, así, a los presidentes de Aragón, Extremadura y Castilla y la Mancha, que no comparten las alianzas de Sánchez con los más radicales.

De acuerdo con los nuevos estatutos, los pedristas intentaron que las presidentes de las diputaciones de Sevilla y Cádiz fuesen también nuevos dirigentes. Hasta casi el día de su elección, Fernando Rodríguez Villalobos e Irene García iban a pasar a la historia, pero Ferraz prefirió abrir una tregua. Después, Susana Díaz sellaría la paz con Pedro Sánchez, y hasta ahora.

En Andalucía no habrá más movimientos internos hasta que el Gobierno apruebe los Presupuestos Generales del Estado. Será entonces cuando Pedro Sánchez se pueda dedicar un poco al PSOE, fijarán la fecha del congreso federal (si la pandemia deja) y los posibles candidatos a competir con Susana Díaz aflorarán en el sur. 

 

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