Este es el protocolo frente al calor en los colegios de Andalucía: todo lo que deben conocer las familias

Salidas anticipadas, cambios de horario y nuevas medidas de hidratación: guía práctica ante las altas temperaturas en los centros educativos

La alerta naranja se adelanta en Sevilla: tres días por encima de los 40 grados

Entrada de alumnos a un colegio.
Entrada de alumnos a un colegio. / D. S.

Con la llegada del calor extremo a Andalucía, los centros educativos pueden activar un protocolo especial que afecta directamente a la rutina escolar de todos los estudiantes. Las familias necesitan conocer qué cambios se producen cuando esto ocurre y cómo pueden colaborar desde casa para garantizar su seguridad y bienestar durante estos días críticos.

La implementación de este sistema integral representa un cambio significativo en la organización escolar andaluza, anticipándose a un escenario climático que los expertos prevén que se intensifique en los próximos años.

Según la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, la colaboración entre centros educativos, familias y servicios sanitarios se consolida como la clave para proteger eficazmente la salud de los más de 1,5 millones de estudiantes andaluces ante el desafío creciente de las temperaturas extremas.

¿Cuándo se activa el protocolo y qué significa para mi hijo?

El sistema funciona como un semáforo meteorológico que gradúa las medidas según la intensidad del calor. Cuando la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) emite avisos amarillos por temperaturas altas durante uno o dos días, los colegios reorganizan las actividades trasladándolas a espacios más frescos y evitando las horas más calurosas del día.

La situación cambia significativamente cuando se alcanzan los niveles naranja o rojo, es decir, cuando se prevén tres o más días consecutivos de temperaturas extremas. En estos casos, los centros pueden implementar salidas anticipadas del alumnado, aunque nunca antes de las doce del mediodía, y suspender las actividades físicas intensas al aire libre.

Durante estos episodios críticos, los colegios refuerzan especialmente la hidratación, garantizando el acceso permanente a agua fresca, y activan medidas sanitarias especiales para los grupos más vulnerables, como los menores de cinco años y el alumnado con necesidades educativas especiales o enfermedades crónicas.

Salidas anticipadas: requisitos y procedimiento

Una de las medidas que más preocupa a las familias es la posibilidad de que sus hijos salgan antes del horario habitual. Para que esto ocurra, es imprescindible que los padres o tutores legales hayan autorizado previamente esta medida por escrito. Sin esta autorización expresa, los niños permanecerán en el centro hasta la hora habitual de finalización de las clases, debidamente atendidos por el profesorado.

Cuando se activa la salida anticipada, un adulto autorizado debe personarse en el colegio para recoger al menor, registrando por escrito la hora exacta de salida y firmando el documento correspondiente. Es importante destacar que los servicios complementarios como el comedor escolar, el aula matinal y el transporte escolar mantienen sus horarios habituales, garantizando así la conciliación familiar para quienes lo necesiten.

La dirección del centro comunica siempre con antelación a las familias cuando se van a aplicar estas medidas excepcionales, proporcionando información detallada sobre el procedimiento y los horarios específicos para cada jornada.

Cómo proteger a los niños desde casa

La colaboración familiar resulta fundamental para el éxito del protocolo. En cuanto a la vestimenta, los expertos recomiendan ropa ligera y holgada en colores claros como blanco, beige o tonos pastel, confeccionada preferiblemente con tejidos naturales como algodón o lino que favorezcan la transpiración. Es importante evitar los colores oscuros y los tejidos sintéticos que retienen el calor.

Para las actividades al aire libre, los niños deben llevar gorras o sombreros y calzado cerrado pero transpirable. La protección solar incluye crema con factor 30 o superior aplicada antes de salir de casa, además de una pequeña cantidad adicional en la mochila para reaplicar si fuera necesario.

El desayuno cobra especial importancia durante estos días. Se recomiendan alimentos frescos como frutas de temporada (sandía, melón, naranja), yogures, cereales con leche fría, evitando las comidas copiosas y calientes que aumentan la sensación térmica. La hidratación debe reforzarse desde primera hora, asegurándose de que los niños lleven siempre su botella de agua llena y enseñándoles a beber regularmente aunque no sientan sed.

Grupos de especial atención y medidas reforzadas

Escolares de un colegio de Lebrija.
Escolares de un colegio de Lebrija. / M. G.

Los centros educativos prestan una atención diferenciada a los grupos considerados de mayor riesgo ante las altas temperaturas. Los menores de cinco años, que cursan Educación Infantil, reciben supervisión especial debido a que su sistema de termorregulación aún está en desarrollo y son más susceptibles a la deshidratación.

El alumnado con necesidades educativas especiales y aquellos que padecen enfermedades crónicas como diabetes, problemas cardíacos o respiratorios, así como los que toman medicación específica, son objeto de un seguimiento individualizado. Para estos casos, los colegios mantienen comunicación directa con las familias y, cuando es necesario, con los servicios sanitarios de referencia.

Estos estudiantes son trasladados prioritariamente a los espacios más frescos del centro y reciben un control más exhaustivo de su estado de hidratación y bienestar general. Los profesores y el personal del centro han recibido formación específica para identificar los síntomas de malestar relacionados con el calor y actuar en consecuencia.

Cambios en la rutina escolar

Una niña haciendo deporte.
Una niña haciendo deporte. / Álex Cámara

Las clases regulares continúan con normalidad, pero se adaptan las condiciones y espacios donde se desarrollan. Las aulas se priorizan según su orientación y capacidad de ventilación, trasladando las actividades desde los espacios más calurosos hacia aquellos que ofrecen mejores condiciones térmicas.

La Educación Física experimenta las modificaciones más significativas. Las sesiones se trasladan a gimnasios cubiertos o se suspenden temporalmente las actividades en espacios exteriores. Los recreos se desarrollan en zonas sombreadas del patio, con pausas adicionales para que los niños puedan hidratarse y descansar.

En cuanto a las excursiones y actividades extraescolares programadas, cada centro evalúa caso por caso su viabilidad. Muchas se reagendan para horarios más frescos o se posponen hasta que mejoren las condiciones meteorológicas. Las actividades culturales y recreativas se mantienen, pero adaptándose a espacios interiores climatizados.

Alimentación escolar adaptada al calor

Un alumno en un comedor escolar.
Un alumno en un comedor escolar. / D. S.

Los comedores escolares han de adaptar sus menús para incluir una mayor proporción de frutas frescas, verduras y alimentos con alto contenido de agua. Se priorizan las preparaciones frías como gazpachos, salmorejos, ensaladas variadas y gelatinas, reduciendo los platos calientes y copiosos.

Las cocinas escolares garantizan también un suministro constante de agua fresca y se deben habilitar puntos adicionales de hidratación en los centros. Los monitores de comedor reciben instrucciones específicas para fomentar que los niños beban líquidos regularmente durante la comida, especialmente aquellos que muestran menos predisposición natural a hacerlo.

Comunicación y coordinación sanitaria

Alumnos de un centro de educación infantil de Andalucía.
Alumnos de un centro de educación infantil de Andalucía. / Jesús Marín

Los centros deben mantener canales de comunicación permanente con las familias a través de aplicaciones, mensajes SMS o circulares informativas. Cada activación del protocolo se comunica con detalle, incluyendo las medidas específicas adoptadas para cada jornada y las recomendaciones particulares según las previsiones meteorológicas.

La coordinación con los servicios sanitarios locales se debe reforzar especialmente. Los colegios disponen de protocolos específicos para actuar ante golpes de calor, considerados emergencias médicas que requieren la intervención inmediata del 112. El personal docente ha recibido formación en primeros auxilios relacionados con las altas temperaturas, incluyendo el reconocimiento de síntomas como dolor de cabeza intenso, náuseas, mareos, piel caliente y seca, o confusión e irritabilidad inusuales.

Evaluación continua y adaptación

El protocolo incluye mecanismos de evaluación en tiempo real que permiten ajustar las medidas según los resultados obtenidos y las circunstancias específicas de cada centro. Los equipos directivos reportan diariamente el funcionamiento de las medidas implementadas, identificando buenas prácticas y áreas de mejora.

Las familias también pueden contribuir a esta evaluación comunicando sus observaciones y sugerencias a través de los tutores o los canales oficiales del centro. Esta información resulta valiosa para perfeccionar el protocolo y adaptarlo mejor a las necesidades reales de cada comunidad educativa.

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