Sanz acometerá una reorganización completa de la unidad de mama del Virgen del Rocío
El nuevo consejero de Sanidad garantiza que todas las mujeres con mamografías no concluyentes tendrán un diagnóstico a finales de noviembre
Antonio Sanz ha trasladado su oficina desde San Telmo a la sede de la Consejería de Sanidad en Sevilla Este. El consejero encargado por Juanma Moreno de solventar la crisis de los cribados de cáncer de mama tomó posesión esta semana y aún se va a tomar más tiempo para decidir qué cambios hará en la Consejería, aunque serán profundos: lo que parece claro es que reformará en profundidad la unidad de mama del hospital Virgen del Rocío, de donde parte buena parte de la crisis que ha sacudido al Gobierno andaluz. Fuentes de la dirección de Salud han confirmado que el compromiso de atender, diagnosticar y tratar, si fuera el caso, a las 2.000 mujeres afectadas por las demoras en las mamografías se cumplirá antes del 30 de noviembre.
La crisis del cribado tiene su epicentro en el Virgen del Rocío, aunque hay casos de demoras que afectan a muchas mujeres fuera de la provincia de Sevilla. Lo ocurrido en el gran hospital de referencia de Andalucía ha tenido una doble causa: de un lado, se decidió no comunicar a las mujeres con mamografías no concluyentes que estaban bajo seguimiento, se las dejó a la espera de una segunda placa, pero sin avisarlas. Y a ello se unió una demora en el servicio, causada por la falta de personal en Radiología, que no sólo afecta al hospital sevillano, pero que en su caso ha dibujado un escenario de colapso. Un cóctel terrible.
De hecho, la situación es, radicalmente, diferente en el hospital Reina Sofía de Córdoba, donde un protocolo elaborado en 2021 imponía el aviso a todas las usuarias y donde la organización entre profesionales se ha mantenido con niveles más que aceptables. El modelo del Reina Sofía es el que se va a exportar al resto de Andalucía.
Antonio Sanz aún mantiene el equipo de la anterior consejera, Rocío Hernández, pero irá acometiendo cambios en toda la dirección de la Consejería. Sin embargo, lo que más urgencia le corre es el servicio que presta la unidad de mama del Virgen del Rocío, ahí cambiará todo el circuito para aproximarse al modelo de Córdoba y será éste el que se implante en el resto de la comunidad. Porque uno de los problemas que se ha detectado, y que ya había sido advertido por profesionales, es que no había un programa homogéneo. Más allá de si el protocolo del año 2015 dejase sin aclarar si había que llamar a las mujeres con mamografías no concluyentes, lo cierto es que hay hospitales y centros que sí avisaban, no parece ser ése el origen del problema.
Sanz se reunió en Jerez el viernes pasado con una asociación de mujeres con cáncer, y este lunes lo hará con los sindicatos de médicos y de enfermerías. Le queda para la misma semana el encuentro con los sindicatos CCOO, UGT y Csif, y la reunión pendiente con Amama, la organización sevillana que reveló el caso.
Pero la crisis de Sanidad va más allá de los programas de cribados de varios tipos de cáncer, para los que se contratarán 700 profesionales y se invertirán 100 millones de euros adicionales. Lo que ha revelado este episodio es que el Gobierno de Juanma Moreno tiene una gran asignatura pendiente con la sanidad pública andaluza. El encargo que el presidente de la Junta le ha hecho a Sanz va más allá, es la reforma del sistema asistencial, porque las limitaciones de dinero, inherentes a todas las políticas, no explican por qué durante tantos años no se ha conseguido mejorar la Atención Primaria o mejorar de modo contundente las listas de espera para consultas en algunas especialidades.
Sanz va a abordar estos retos las próximas semanas, pero no llegará a las elecciones de 2026 con la reforma acometida. No hay tiempo, bastante éxito tendrá si logra agilizar los programas de cribados del cáncer, que se han convertido en el mayor problema político que Juanma Moreno ha tenido que afrontar a lo largo de sus dos mandatos.
La oposición le ha tomado la medida al Gobierno andaluz. La decisión de encargarle a Antonio Sanz la Consejería de Sanidad, además de la Presidencia, puede ser una medida oportuna para solventar la crisis, pero ha revelado grandes carencias políticas de un partido que esperó 40 años para gobernar Andalucía. La otra gran Consejería, que es la de Educación, está dirigida por una independiente, María del Carmen Castillo, que proviene del equipo de Ciudadanos, aunque en su caso parece que el acierto que tuvo el partido naranja tenía bases sólidas. Su contundente respuesta al caso de bullying padecido por la sevillana Sandra Villar lo demuestra.
Una de las razones que ha llevado a Juanma Moreno a decidirse por Sanz es su probado compromiso con la gestión del Gobierno, incluso más allá de lo razonable. Ha sido un recurso de emergencia, pero el presidente no podía permitirse errores de un nuevo equipo ni visiones ajenas a la política y a lo que está ocurriendo en el Parlamento, donde el PP goza de una mayoría absoluta, pero ha perdido la iniciativa ante una oposición, a izquierda y derecha, que quiere dar por amortizado el modelo de Gobierno en solitario.
Antes de la crisis de los cribados, Juanma Moreno se podía distraer con un debate sobre un adelanto electoral que el propio San Telmo alentaba. Eso ha terminado, los comicios serán lo más tarde posible, en junio, Antonio Sanz necesita tiempo.
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