La basura industrial que está llegando al depósito de residuos tóxicos y peligrosos de Nerva procede de la descontaminación de unos terrenos utilizados como astilleros de la bahía de Kotor, un paraje de Montenegro que está calificado como Patrimonio de la Humanidad. El Gobierno de este país balcánico consiguió una ayuda del Banco Mundial de 60 millones de euros para este proceso que, incluye, la retirada de los suelos donde se afectuaba el granallado de los buques, una operación de limpieza de cascos y depósitos que se realiza con chorreados de bolas metálicas y que arrastra, entre otros compuestos, productos tóxicos de la pintura. Esta basura es la que se está llevando a Nerva, la del astillero de Bijela.

De entre los productos que se encuentra en el residuo, destaca por su toxicidad el asbesto, que es cancerígeno, y el tributilo de estaño. Este último producto es un componente biocida que evita las incrustaciones de crustáceos en los cascos de los barcos. La autorización que el Ministerio de Transición Ecológica ha dado a la empresa francesa Valgo contiene permiso para dos tipos de bausras: uno para los restos metálicos de la granalla y otro, para arenas y rocas.

El peso de los residuos de granallado es de 30.000 toneladas, y el de las tierras y arenas, de 40.000 toneladas.

La empresa está obligada a acreditar cuál es la composición exacta de los residuos, por lo que se encuentar depositada en el Ministerio. El depósito de Nerva también debe saberlo, pues es el que diseña el método para aislarlos e inertizarlos. Una vez que esto se consigue, la basura queda depositada para siempre en este depósito de la provincia de Huelva.

La bahía de Kotor es uno de los mejores parajes del Adriático, es una zona de interés natural y también turístico, de ahí la importancia que su Gobierno ha  dado a la descontaminación. La empresa Viago consiguió el contrato del Gobierno de Montenegro para descontaminar los suelos de esta bahía, y el de España para su tratamiento en Nerva. Según Valgo, la superficie afectada es 1,6 hectárea que han generado 70.000 toneladas de residuos que están siendo enviadas a Nerva. Esta semana llegarán dos buques con unas 12.000 toneladas. 

El tráfico de productos peligrosos entre países está regulado por el Convenio de Basilea y, en el caso europeo, por un reglamento de traslados de residuos, el 1031/2006. La denuncia que hace Ecologistas en Acción es que el convenio impediría el transporte interfronterizo de residuos que contengan asbesto y tributilo de estaño.