Los Rosales cumple cien años

Durante muchos años el tren sirvió para acercar pueblos y mercancías, acortando distancias y llevando la industria a lugares que, hasta entonces eran eminentemente agrícolas. En la provincia de Sevilla también fue el despegue de un nuevo núcleo de población: Los Rosales. La estación de Tocina-Empalme era el principal nudo de comunicación entre las líneas de Portugal y la de Madrid. De esto hace ya cien años.

Todo comenzó en el Centro Guadalinfo cuando el dinamizador, Blas Sánchez, inició el pasado verano un proyecto de recuperación de documentación del municipio. En este proceso apareció el Aviso al Público en el que indicaba que la compañía MZA decide cambiar el nombre de la estación por Los Rosales, a partir del 1 de agosto de 1914. En ese momento, explica Blas Sánhez, "la población de esta zona se reduce a las cinco o seis familias ferroviarias que mantenían el nudo".

Aunque el anecdotario popular contaba que el nombre le vino por una sugerencia del rey Alfonso XIII, parece ser más verosímil que tomara el nombre de la finca a la que se expropiaron los terrenos para la construcción de la estación en 1889, llamada El Rosal. En cualquier caso, Los Rosales ha sido siempre un cruce de caminos, puesto que con anterioridad a la estación había una casa de postas.

Para conmemorar este centenario se han realizado varias conferencias y un cuadernillo, editado por el Ayuntamiento de Tocina-Los Rosales, con la historia realizado por los escolares rosaleños, editado como libro para colorear y leer.

En los próximos meses habría conciertos de la banda de música local, una exposición sobre la cabalgata de Reyes Magos y la realización de un documental para el que están colaborando técnicos de audiovisual.

Los vecinos están colaborando activamente en la celebración de este centenario. "Uno de nuestros paisanos nos señaló cuál era la primera casa que se construyó por la estación", explica Blas Sánchez.

Actualmente Tocina está separada del núcleo de Los Rosales por 1,7 kilómetros. El crecimiento de población rosaleño tuvo su máximo nivel con la construcción de la azucarera para aprovechar el importante nudo ferroviario de la época.

Aunque el cultivo predominante en la zona siempre había sido de secano, desde el año 1907, explica Blas Sánchez, empezaron a realizarse estudios sobre la posibilidad de implantar el regadío, sobre todo con vistas a la plantación de remolacha azucarera para paliar la falta de azúcar proveniente de las recientemente perdidas colonias de Cuba y Puerto Rico. "En 1908 se implanta el riego en la zona y tras el resultado favorable de la remolacha azucarera en el vega granadina, se implanta la remolacha y se construye en 1926 una gran azucarera, que hace que Los Rosales pase de 100 a 3.000 habitantes en 20 años.

Tras el cierre de la azucarera en 1986, aunque se reduce algo la población, aunque el impacto es mínimo porque la producción de cítricos y frutales se convierte en el principal motor económico del núcleo de población.