Arte

Metáforas del arte

  • Pepe Cortines muestra sus pinturas más recientes en la galería Félix Gómez

Una de las obras de Pepe Cortines que se pueden ver en la galería Félix Gómez.

Una de las obras de Pepe Cortines que se pueden ver en la galería Félix Gómez. / d. s.

Hay en Pepe Cortines, sevillano que trabaja en México, pintor y arquitecto, una tensión o -si quieren- una dialéctica entre mancha y trazo, desorden y forma. Antiguos filósofos elogiaron la fertilidad del caos. No lo pensaban como un revoltijo, como mera confusión, sino como acumulación de posibilidades que podrían o no salir a la luz. Por eso, lejos de evitara el caos, se demoraban en él, pensando que una forma apresurada podría dejar en el olvido a otras más fértiles. De ahí el interés, en la tradición pictórica, de esa tensión entre la mancha, el pigmento, aún informe, y el trazo que poco a poco lo precisa.

Pepe Cortines elige figuras de animales legendarios, escapados, parece, de algún antiguo bestiario, para su trabajo. Con ello, formas que están en el umbral de lo informe y también en el límite de la fantasía llenan sus serigrafías, siempre correctas, a las que el color les da especial realce.

Junto a estas obras, otras en las que la figura es la calavera o, mejor, el cráneo. Hace algunos años expuso Cortines, en esta misma sala, radiografías de su cabeza enriquecidas con pintura. Ahora reduce esas imágenes a calaveras de colores brillantes o unidas a manchas de color.

Esto carga de sentido la exposición, que de este modo traza un paralelo exterior/interior. La fantasía del animal mitológico, mancha en el umbral de la forma, ¿es signo del fértil desorden que agita el cerebro? Y el trazo que define la figura ¿no es siempre audaz, al no poder saber si hará justicia a la forma? Las obras de Pepe Cortines son pues una convincente doble metáfora del arte: señalan a su hacer pero también a su pensar.

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