Cristóbal Montoro, uno de los principales asesores económicos de Mariano Rajoy en los últimos años, entra en el Gobierno como ministro de Hacienda y Administraciones Públicas en lo que supone un premio a su lealtad y a la pertinaz labor de oposición dentro del grupo parlamentario. Montoro ve satisfecha así su ambición política, después de ocho años en los que ha estado a disposición de su partido ejerciendo una crítica permanente y constante al Ejecutivo socialista.

En la oposición se ha caracterizado por plantar cara, con ironía y cierta socarronería, a los dos titulares de Economía del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, primero Pedro Solbes y posteriormente Elena Salgado. Con ésta última ha sido con quien más ha tenido que lidiar en numerosos debates parlamentarios, con un estilo que la propia Salgado ha definido como "expresionista". Acostumbrado a dar titulares a los medios de comunicación, Montoro ha criticado duramente las reformas económicas aprobadas por Zapatero, que casi siempre ha calificado de "inconexas, incompletas, parciales e incoherentes".

Diputado desde 1993, fue nombrado secretario de Estado de Economía en el primer Gobierno de José María Aznar (1996-2000), etapa de la que destacan sus esfuerzos para que España cumpliera con los requisitos para formar parte del euro a partir del año 2000, entre ellos, el control de la inflación y la liberalización de la economía. En la segunda legislatura de Aznar fue ascendido a ministro de Hacienda, donde hizo del "déficit cero" la máxima de su gestión y promovió la primera ley que fijaba un límite de gasto al Estado.

Bajo esa premisa logró el equilibrio presupuestario en 2002 y unas décimas de superávit en 2003, pero en 2004 el Gobierno socialista concluyó que las cuentas públicas de esos años habían sido deficitarias, porque el PP no incluyó en ellas partidas como la deuda de Renfe y de Andalucía. El siempre ha defendido reformas en todos los ámbitos, especialmente en la administración y en los servicios públicos, aunque también en el tributario, en el financiero y en el energético. De hecho, Montoro ha aludido en muchas de sus comparecencias a su experiencia en Hacienda, etapa en la que promovió una reforma del IRPF y un nuevo sistema de financiación para las comunidades autónomas.

Doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Economía Aplicada, Montoro es llamado "profesor" por sus allegados en el PP, que respetan su experiencia y conocimientos. Además, este dirigente de 61 años tiene cierta soltura para enfrentarse a sus colegas europeos, ya que entre 2004 y 2008 fue miembro de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios en el Parlamento de la UE y miembro de la delegación para las Relaciones con Japón.

Probablemente, uno de los momentos más amargos de su carrera política fue tener que enfrentarse al caso Gescartera, que provocó la dimisión de su secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez Reyna, y la de la presidenta de la CNMV, Pilar Valiente. Montoro recibió el apoyo del presidente Aznar y compareció en octubre de 2001 ante la Comisión de Investigación parlamentaria, junto al ministro de Economía, Rodrigo Rato. Un año después, fue reafirmado en su cargo tras la remodelación del Ejecutivo popular.