Portugal: Grandes jugadores y cero títulos
Grupo G
La edad de Simao, Deco o Carvalho resta optimismo a una afición con escasa confianza.
Eusebio, Cristiano Ronaldo, Luis Figo, Deco, Paulo Futre, Jordao, Rui Costa... La lista es larga y puede despertar la envidia de muchas selecciones.
Pocos países han producido tantos futbolistas de categoría internacional como Portugal. Sin embargo, esta nación de sólo diez millones de habitantes, la más pobre del Occidente europeo, no ha ganado aún ningún título internacional de importancia. Es más, aunque parezca extraño, sólo jugó cuatro veces un Mundial. En Suráfrica 2010 será su quinta participación.
En opinión del actual entrenador nacional, Carlos Queiroz, Portugal sufre la falta de una gran reserva de jugadores que puedan mantener el nivel colectivo si se lesionan las estrellas.
“Brasil y Argentina, por ejemplo, tienen profundidad. Portugal y Costa de Marfil, en cambio, no la tienen. ¿Quién puede garantizar, por ejemplo, que Drogba va a jugar el Mundial?”, explicó Queiroz recientemente. Y los hechos, tristemente para él, podrían darle la razón, ya que el martes perdió a una de sus figuras, Nani, a causa de una lesión y elequipo debe resentirse.
Esto podría explicar por qué Portugal, con tradición de fútbol vistoso y creativo, tampoco consiguió, ni siquiera, un título europeo. La mejor actuación fue un decepcionante segundo lugar en la Eurocopa 2004 que los lusos disputaron en su propia casa.
En los Mundiales, la página más brillante la escribió, hace ya 44 años, la quinta de la legendaria pantera negra Eusebio, que en Inglaterra 1966 consiguió un recordado tercer lugar.
Portugal eliminó en aquel entonces al defensor del título, Brasil, remontó un 3-0 adverso en cuartos de final ante Corea del Norte y sólo sucumbió en semifinales ante el anfitrión, que más tarde se coronaría campeón.
Una trayectoria semejante, aunque con mucho menos brillo, se logró en el Mundial 2006 en Alemania, cuando Luiz Felipe Scolari, los últimos miembros de la generación dorada y los nuevos talentos en torno a Cristiano y Simao alcanzaron el cuarto lugar.
No es casualidad que, al igual que Queiroz, Eusebio naciera en Mozambique, o que Deco viniera al mundo en Brasil, como el delantero Liedson o el padre del pilar defensivo Bruno Alves.
El pequeño país recostado sobre el Atlántico se benefició desde siempre de jugadores exóticos llegados de las antiguas colonias. Los muchos africanos y más recientemente algunos suramericanos le dieron a la selecçao un estilo único en Europa.
Sin embargo, Portugal no llega a Suráfrica como fuerte candidato, a pesar de tener un equipo homogéneo y una estrella universal como Cristiano, el mejor jugador del mundo en el año 2008. Demasiado tuvo que sufrir en las eliminatorias.
En el Grupo 1, tuvo actuaciones terribles, como un 0-0 en casa ante un enano futbolístico como Albania. Finalmente alcanzó a duras penas el segundo lugar y ganó el pase a Suráfrica en un sufrido play off contra Bosnia.
En casa, la afición está sumamente escéptica. “Si no nos volvemos después de la primera ronda, festejo, pero no lo creo”, dice un joven en Lisboa, repitiendo el discurso de la mayoría.
Los adeptos son considerados en Portugal más tristes que el fado, la música nacional. No son famosos por apoyar ruidosamente y bajan los brazos rápidamente.
Algunos, para explicar la poca esperanza, dicen que muchos de los principales jugadores, como Deco, Liedson, Simao, Ricardo Carvalho y Paulo Ferreira, ya pasaron de los 30 años de edad.
Para colmo, en el Grupo G, el de la muerte, Portugal se mide en Suráfrica a Brasil, Costa de Marfil y Corea del Norte.
Hasta ahora, los portugueses sólo cosecharon títulos a nivel de clubes, con el Benfica o el Oporto, o con las famosas selecciones sub 20 que se proclamaron campeonas del mundo en 1989 y 1991.
Sin embargo, al ritmo de I Gotta a Feeling, del grupo Black Eyed Peas, que fue elegida por Queiroz como himno de guerra para sonar en el vestuario antes de la salida a la cancha, Portugal va a por su primer título de renombre en esta esperada cita.
“Tenemos un grupo muy difícil, pero si pasamos la primera ronda todo es posible”, asegura Simao, una pieza clave en un conjunto que siempre aspira a lo máximo.
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