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El Kremlin despliega unidades de élite para acallar las protestas

  • Putin y Medvedev 'blindan' la capital para impedir las manifestaciones opositoras y el Ministerio de Exteriores arremete contra Hillary Clinton y Estados Unidos.

La división de élite Dzerjinski y otras fuerzas especiales del ministerio del Interior llegaron ayer a Moscú para reforzar la seguridad, al día siguiente de una masiva protesta contra la "farsa" de las legislativas ganadas por Rusia Unida, el partido del primer ministro ruso Vladimir Putin.

Las tropas especiales "tienen un único objetivo: garantizar la seguridad de los ciudadanos", declaró el teniente Vasili Panshkov al ser interrogado por la agencia Interfax sobre la circulación de camiones militares en Moscú.

Varias unidades de las fuerzas especiales, en particular la división Dzerjinski -división de élite moscovita que lleva el nombre del fundador de la Policía Política bolchevique- fueron movilizadas para asegurar el orden público en Moscú, dijo a la AFP un portavoz policial de la capital.

Un centenar de opositores fueron detenidos en el centro de Moscú cuando protestaban contra el fraude en las elecciones parlamentarias del domingo en favor del partido oficialista Rusia Unida, encabezado por el jefe del Gobierno, Vladimir Putin.

"No recuerdo nada igual. Acababa de salir con mi hija y (el opositor ex vicepresidente del Parlamento) Vladimir Rizhkov del subterráneo cuando me rodearon, me detuvieron y me condujeron a un automóvil policial", aseguró tras ser detenido el dirigente opositor Boris Nemtsov, antiguo viceprimer ministro.

Entre los detenidos se encuentra el escritor Eduard Limonov, líder del movimiento opositor La Otra Rusia, que convocó la protesta no autorizada, y Sergei Mitrojin, líder del partido liberal Yabloko, el quinto partido más votado en las legislativas.

También fueron detenidos Oleg Orlov, jefe de la organización de derechos humanos Memorial, y varios periodistas, entre los que el reportero del diario Kommersant fue supuestamente golpeado.

Los detenidos fueron trasladados por la fuerza a autobuses que abandonaron la plaza con destino a la comisaría, según las fuentes, que citan a testigos presenciales.

El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso calificó de "inaceptables" las críticas de la Casa Blanca y del departamento de Estado estadounidense sobre el desarrollo de las legislativas.

"Las declaraciones de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, y los comentarios análogos de representantes de la Casa Blanca y del departamento de Estado son inaceptables", afirmó el Ministerio en un comunicado.

Por otra parte, el presidente Dimitri Medvedev declaró que el sistema político ruso no es un "asunto" de los occidentales, después de que observadores de la OSCE criticaran la excesiva proximidad entre el Estado ruso y el partido de Vladimir Putin.

Lo que se refiere a los partidos políticos "es competencia de las autoridades rusas y no competencia de organizaciones internacionales", declaró Medvedev, citado por la agencia Ria Novosti.

"Que ellos vigilen las elecciones es una cosa, pero el estado del sistema político no es asunto suyo", declaró.

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